lunes, 3 de agosto de 2015

Presentación de la revista Síntesis Social N° 6-7 en el IFEA


Presentación de la revista Síntesis Social N° 6-7, publicación del Grupo de Investigaciones Annalicemos Hist8ria. Realizada en el IFEA el lunes 22 de junio del 2015. Con los comentarios del Dr. José Ragas, el Dr. Fausto Alvarado y el Mg. Virgilio Freddy Cabanillas.


José Ragas


Fausto Alvarado


Virgilio Freddy Cabanillas


sábado, 1 de agosto de 2015

Presentación del libro 'Narración completa del Combate de Iquique'


Presentación del libro 'Narración completa del Combate de Iquique por uno de los tripulantes de la Esmeralda: detalles curiosos y desconocidos (21 de mayo de 1879)', realizada el domingo 26 de julio del 2015 en la Feria Internacional del Libro. Con los comentarios de Jorge Ortiz-Sotelo y Juan Ortiz.


Jorge Ortiz-Sotelo



Juan Ortiz



Preguntas


domingo, 31 de mayo de 2015

La relación entre el Estado, la familia y la condición de las mujeres

Ángela Quispe Huertas
Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Durante el Antiguo Régimen, la configuración de la familia fue muy distinta de la que conocemos actualmente. Estas estaban ligadas o configuradas según el linaje, el cual  es la solidaridad que se extiende a todos los descendientes de un mismo antepasado (ARIÈS 1987:494). En la familia de Antiguo Régimen, no existe una sensibilidad entorno a la familia propiamente.  Esto se puede observar a través de la relación de los padres con los hijos[1]. Por otro lado, los hijos se quedaban en la casa hasta cierta edad, siete o nueve años como máximo, luego eran entregados como sirvientes o aprendices a familias ajenas, por un periodo de siete o nueve años más, empleándose en el trabajo doméstico (ARIÈS 1987:482). Para el caso de Inglaterra, no se podía generar un sentimiento profundo entre padres e hijos por este alejamiento durante la infancia, a pesar de que el hijo pudiera volver a la casa de sus padres; a palabras de Ariès la familia era una realidad moral y social, más que sentimental (ARIÈS 1987:488).

Otra cuestión importante dentro de la relación que hubo entre padres e hijos, fue con respecto a la primogenitura. La preferencia que se le dio a este fue sobre todo por factores económicos, de patrimonio y sobre todo de honor. La razón por la cual se le otorgaban todos los bienes al hijo mayor para su matrimonio, fue para no dividir el poder económico familiar que se había conseguido (ARIÈS 1987:492).

Con respecto a la casa o al hogar durante al Antiguo Régimen, podemos decir que tampoco fue similar a las casas que concebimos actualmente. En Europa, ya para finales del siglo XVI se empieza a dar una diferenciación entre los espacios públicos y los privados, pudiéndose evidenciar estos en las casas, cuando estas dejaron de ser talleres o los espacios de trabajo; es decir, pasó de ser una unidad productora, a ser una unidad consumidora (ELIAS 1994:162). Con la familia pasará lo mismo. Esta pasará de constituirse extensa, con muchos parientes y sirvientes, a convertirse poco en la familia nuclear que conocemos actualmente (ZEGARRA 170, 171). De igual modo, los espacios dentro del hogar durante el Antiguo Régimen fueron espacios comunes, en los cuales no se tenía en claro la idea de los privado, o los sentimientos que en la transición a la Edad Moderna se van moldeando, como el pudor o la vergüenza, lo íntimo, lo familiar (ELIAS 1994: 170, 201, 203).

Con respecto a la mujer bajo una sociedad de Antiguo Régimen, esta fue entendida corporalmente según la medida masculina. Los cuerpos –femeninos y masculinos– solo se diferenciaban entre sí porque unos tenían los órganos reproductivos maduros y calientes, los cuales estaban dentro de su cuerpo –los hombres–, mientras que el otro grupo tenía los órganos dentro de su cuerpo, ya que no habían madurado lo suficiente, y tenían que estar dentro del cuerpo para mantener la temperatura adecuada –las mujeres. En pocas palabras, la medida de los cuerpos era el hombre, por lo que imaginaban el cuerpo femenino en la medida de la perfección  del cuerpo masculino. Cabe recalcar que no se diferenciaban en sí por el aparato reproductor, ya que ambos compartían el mismo órgano (LACQUEUR 1994:56), sino que se diferenciaban por la madurez de este. La madurez de los órganos significaba que estos debían salir del cuerpo, porque habían alcanzado el desarrollo pleno, mientras que los que no terminaron de desarrollarse, quedaban dentro del cuerpo. Esta concepción del cuerpo femenino, entendemos que estas fueron consideradas como inmaduras corporalmente, las cuales no terminaron de llegar a la madurez necesaria; por lo tanto, eran seres imperfectos, que debían estar “naturalmente” sometidas al dominio del ser más perfecto que era el hombre; es decir, el padre, el hermano o el marido. Más tarde, las mujeres fueron asociadas al pecado,  a la sexualidad, a lo sensual, a la lujuria; por lo cual, se consideraba también que debían seguir siendo vigiladas, debían regularlas a las mujeres, en este caso no solamente la autoridad, sino también la Iglesia, a través del derecho canónico (BRUNDAGE 2000:23). En conclusión, la mujer siempre fue considerada por debajo de la valoración que se tenía al hombre, de modo que siempre fue considerada un ser inferior. 
Luego de hacer una suerte de revisión de la familia y la mujer durante el Antiguo Régimen –para entender mejor las diferencias y cambios en el proceso civilizatorio de los papeles sociales y de los sentimientos–, pasaremos a observar la relación que se empezará a dar entre Estado, familia y la mujer a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, que es el objetivo central de este ensayo.

A diferencia del Antiguo Régimen, el Estado no se apropia, acapara ni acumula todos los poderes en una sola persona, sino que este es asumido a través de distintas instituciones. Poco a poco el Estado se irá secularizando, asumiendo lo que antes era dirigido por la Iglesia, como la educación, la fiscalidad, la policía y la salud (MANNARELLI 2014: s/p). Es justamente este último aspecto –la salud y todo lo que esta implica– del cual se apropiará el Estado para generar un discurso que moldeará, según las propuestas de la ilustración, una nueva forma de comportamiento familiar y sentimental (BOLUFER 1998:212) junto con nuevos roles sociales –propio del cuestionamiento de la Ilustración a los valores y comportamientos anteriores–; vinculando al Estado, a la familia y a las mujeres (ZEGARRA 2001: 167).  La modelación de los papeles sociales no solo generó nuevos sentimientos, sino también nuevos códigos sociales y una nueva forma de comportarse y relacionarse con el otro –madre/hijos, médico/paciente, Estado/ciudadanos. Este comportamiento ilustrado, pese a que estaba orientado hacia todos, siempre se convirtió en una pauta para diferenciar a unos de otros (ZEGARRA 2001: 165), pautas de exclusión o inclusión social (BOLUFER 1998:215)

El desarrollo de la medicina científica empezó a desmitificar ciertos aspectos del cuidado de las enfermedades y el cuerpo, desterrando aspectos basados en la fe católica o relativo al chamanismo y a la astrología. De este modo, se empezó a generar un nuevo discurso sobre la salud y la medicina de los individuos y del cuerpo social. Pero, ¿por qué el discurso médico fue tan importante durante este contexto y no otro? Según los distintos autores consultados –Mónica Bolufer, Claudia Rosas, Margarita Zegarra, Lissel Quiroz, María Emma Mannarelli–, podemos llegar a la conclusión que un Estado sin ciudadanos no podía fortalecerse, y menos un Estado en construcción –como el caso de los países de América del Sur, a inicios del siglo XIX, luego de las guerra por la independencia. Esto se podía constatar con el alto grado de mortalidad infantil de la época, debido a que aún no existían políticas de salud eficientes con respecto al cuidado de la mujer durante la maternidad y luego del proceso del parto (QUIROZ 2012: 434). Además de controlar la mortalidad infantil, el Estado necesita no solo que la cantidad de ciudadanos aumente considerablemente, sino que también los ciudadanos no sean enfermizos ni débiles, sino que sean fuertes y saludables (BOLUFER 1998:230) (ZEGARRA 2001:179), y que además sean educados con las virtudes cívicas necesarias para que se conviertan en ciudadanos ejemplares. Según esto, podemos entender que para la época se consideraba que el bienestar de los ciudadanos significaba el bienestar de la nación.

Es por este motivo, que el discurso médico tuvo un gran impacto e importancia durante la formación de la nación. Pero esto no queda solamente con generar un discurso para el cuidado de la salud del cuerpo y la moral social, sino que se centrará en un personaje el cual será quién lleve a cabo, con la supervisión del médico, esta tarea: la mujer, y más precisamente, la madre. De esta forma, la Ilustración también generó un discurso en torno a la mujer, pero un discurso aparentemente inclusivo, que rompe con el paradigma de la condición de la mujer durante el Antiguo Régimen, ya que empieza a modelar el papel que esta cumplirá para la construcción del Estado.   

Para continuar, es necesario aclarar que el discurso de la medicina científica se asentará en la propuesta que plantea que ciertos aspectos humanos se justifican por “naturaleza”. Por ejemplo, el cuerpo biológico. Los masculino y lo femenino estará profundamente marcado y diferenciado por el sexo, es decir: identidades masculinas definidas, e identidades femeninas definidas por este determinismo biológico. Esto generará la supremacía del hombre sobre la mujer de forma legítima, por la naturaleza  (BOLUFER 1998: 212). Así, el discurso se irá construyendo de a pocos. La mujer tiene un útero, dador de vida; la mujer será definida y entendida a través de su útero, como madre, quién dará hijos no solo al marido, sino principalmente al Estado (ROSAS 2004: 113); de esta forma, la mujer será según la función de su cuerpo, la mujer será su cuerpo (ZEGARRA 2011: 169).

Pero la mujer será importante no solo porque puede generar hijos, sino por todo el proceso que implica procrear. Primero, el discurso sobre la salud y la higiene. Tiene que asimilar e interiorizar los cuidados necesario que necesita para tener un cuerpo sano –de esta forma, la regla y el discurso se concretiza a través del control corporal.  Nuevamente, la Ilustración y su proyecto modernizador, plantea la educación como una vía fundamental para la domesticación de las pasiones y los instintos, para que estas se transformen en virtudes sociales, con un fin personal y público (ROSAS 2004:114) (ZEGARRA 2001:174).  De esta forma, la educación para las niñas se orientó hacia este aspecto, formarlas para la maternidad, los cuidados que debía tener para ser madre, qué debía hacer, qué no debía hacer; además de esto, sobre el parto, cómo debía cuidar al bebé, al niño, sobre la lactancia, etc. (BOLUFER 1998:236). De esta manera, el Estado a través de la educación regulaba y apoyaba al discurso médico a través de políticas educativas.

Así, se va configurando el nuevo paradigma de la mujer como madre. Pero eso no acaba ahí. A través de los manuales, tanto médicos como de urbanidad, a la vez que los periódicos, se fueron discutiendo el papel de la mujer como madre y todos los aspectos ligados a esta. Una de los aspectos qué más debate generó fue sobre las amas de leche o nodrizas. Se plantearon muchas razones del por qué se debía erradicar la institución de las amas de leche. Si antes la sangre era esencial para la cuestión del linaje (ROSAS 2004: 135), la nueva sangre del discurso fue la leche materna, como un líquido importante para el desarrollo de los niños y niñas. Incluso las enfermedades, la debilidad, y la poca inteligencia y la vejez prematura fueron consideradas como el efecto de que las madres no amamantaron a sus hijos. De forma que la maternidad en sí se generaba luego del parto, con la lactancia (ROSAS 2004:131). Otro motivo importante a considerar, dentro de una nueva formación de la familia sentimental y nuclear, que con la estrecha cercanía de la nodriza con los niños, estos últimos sentían mayor afecto por la nodriza y por los hijos de esta que por su familia en sí, por el tiempo que compartían al momento del amamantamiento; lo que generó un motivo más para terminar con el papel de las nodrizas (ARIES 1987:497). Además, la mejor manera de expresar el amor maternal se dio a través de la lactancia, considerándose una cosa natural para la madre (ROSAS 2004: 134). Sin embargo, no es hasta el siglo XX que se termina con el papel de las nodrizas en sí, con la aparición de la leche en fórmula para bebés o también llamada fórmula artificial (BOLUFER 1998: 246). Una vez que pasaba la etapa de la lactancia, venía la etapa de formación de los niños y niñas. En esta etapa de crianza y formación de los futuros ciudadanos, el médico también estuvo presente (ROSAS 2004: 130).

El discurso ilustrado no solo se encargó de generar una literatura que formara a la nueva mujer-madre, sino que criticó como esta se podía degenerar o adquirir malos hábitos si no seguía el paso trazado de la maternidad. Ellas no solo tenían que cuidar la salud de sus hijos, sino también la propia. De este modo se criticó el uso de cosméticos y el de vestimenta muy ceñida al cuerpo. Fue un discurso en contra de la apariencia física sofistica, sino que más bien se apostaba por una más sencilla y menos llamativa (ZEGARRA 2001: 186). Por este motivo, se propuso más bien una belleza que reflejara la buena salud y la moral, ya que un cuerpo sano era sinónimo de un cuerpo bello (BOLUFER 1998:221).

No solo se va a redefinir el papel de la mujer en la sociedad, sino se van a redefinir los espacios también. Lo público y lo privado empieza a emerger en el espacio social. Si bien antes no hubo mucha delimitación entre ambos, se empieza a dar una clara diferencia entre los espacios públicos y privados (ELIAS 1994). La mayoría de espacios fueron espacios públicos, los cuales empiezan a cerrarse poco a poco, delimitando la intimidad, lo familiar, lo doméstico, lo privado (ARIES 1987:497). Lo masculino será relacionado con el espacio público; mientras que lo privado será asociado a lo femenino (ROSAS 2004:105, 108). Y es que en este tiempo en el cual junto con el espacio privado, se va generando una nueva configuración social: la familia. A la vez que los espacios de la casa se van dividiendo y cerrando para una mayor privacidad entre los miembros de la familia, se redefinen los lugares como sala, comedor o cocina (ARIES 1987:528); así también se va delimitando la familia, la cual se hace cada vez más nuclear, no más familiares cercanos, no más sirviendo o algún otro individuo cercano. También se deja de considerar al hogar como un espacio en el cual se pueda combinar la vida familiar y el ambiente de trabajo (ELIAS 1994:162). Lo familiar se privatiza y domestica a través de la actriz del nuevo orden social del Estado: la madre. Es la mujer a través de su papel como madre quien estará encargada de velar por el bienestar de la familia, sin que esta caiga en los vicios que la vida mundana y fácil proponer; es más, su sacrificio y entereza por cuidar a los hijos, sacrificando su propia libertad, será finalmente recompensado con el amor de sus marido y sus hijos, la tan dichosa familia sentimental (ZEGARRA 2001: 166).

Consideramos que ya no será el cura quién guie y oriente la vida de las mujeres –y no solamente en el ámbito físico, sino también sobre aspectos morales–, y en general de las personas, sino ahora el médico es quien cumple y llena su lugar (ROSAS 2004:120). De modo que el médico se convierte en un profesional muy valorado durante la época, al igual que el discurso que estos manejan. Sin embargo, pese a que esos guiarán el largo proceso de crianza de los hijos, no lograrán penetrar en la confianza femenina (QUIROZ 2012:528). Con esto me refiero a que los sentimientos de pudor aún serán impedimentos para que las mujeres puedan dejar su intimidad en manos de un médico. Es por este motivo que las matronas cumplieron un papel muy importante durante el siglo XIX (QUIROZ 2012: 416-417). Para el caso peruano, el papel de las matronas fue sumamente importante, hasta la llegada de Benita Paulina Cardeau, más conocida como Madame Fessel –su apellido de casada–, obstetra francesa venida al Perú en busca de un lugar dónde poder dejar su experiencia, a la vez que fundar una Maternidad similar a la de Paris. De este modo, el discurso ilustrado y el discurso médico permitieron que los proyectos de Madame Fessel se concretaran. Sin embargo, esto también generó que el oficio de las matronas se viera desprestigiado, debido a que su conocimiento no se basaba en una educación académica, sino más que nada a través de la experiencia; a diferencia del médico, profesional formado en una universidad, avalado por la educación que propiciaba la ilustración (QUIROZ 2012: 419). Es así como desde el Estado se manejado un discurso entorno a la salud. Primero, controlando a las matronas a través del Protomedicato (QUIROZ 2012:421), y luego generando políticas en favor de la creación de la primera maternidad de Latinoamérica en 1826 junto con una escuela de partos, que formaría a las futuras obstetras. Las egresadas de esta escuela, reemplazaron poco a poco a las matronas, trabajando no solo en Lima, sino también en provincia e incluso en el extranjero.

De esta forma concluimos, diciendo que el Estado se relacionará con la familia y la mujer a través de políticas de salud y educación –promovidas por el discurso ilustrado–, el cual convertirá en el sujeto principal a la mujer, como encargada del fortalecimiento de la Nación a través de la procreación y el cuidado de los futuros ciudadanos, educándolos también en cuestiones de higiene y moral cívica. La nueva definición de los roles sociales, en este caso el de la mujer –mujer/madre, mujer/doméstica, mujer/esposa–, generó un nuevo sentimiento: el amor maternal o también llamada ternura ilustrada como sentimiento per sé., natural de la mujer. Esta será quién, a través de su amor maternal reconfigure a la familia, como una institución más centrada en los padres e hijos –familia nuclear– sustentada en vínculos afectivos muy fuertes, en nuevos espacios físicos más íntimos, privados y domésticos. La lactancia, como factor fundamental para convertir en esta mujer en un ser afectivo y entregado a la formación de ciudadanos fortalecimos, no solo físicamente sino moralmente. De esta forma, la mujer formará no solo hijos obedientes hacia los padres, sino también ciudadanos fieles a la patria.

BIBLIOGRAFÍA

Ariès, P. (1987). El niño y la familia en el Antiguo Régimen. Madrid: Taurus.
Bolufer Peruga, M. (1998). Mujeres e Ilustración: la construcción de la feminidad en la Ilustración española. València: Institució Alfons el Magnánim.
Brundage, J. A. (2000). La ley, el sexo y la sociedad cristiana en la Europa medieval. Madrid: Fondo de Cultura Económica.
Laqueur, T. (1994). La construcción del sexo: cuerpo y género desde los griegos hasta Freud. Madrid: Ediciones Cátedra.
Mannarelli, M. E. (20014) Apuntes de clase Seminario de Historia de Género.
Norbert, E. (1994) El proceso de la civilización: investigaciones sociogénicas y psicogénicas. México D. F.: Fondo de Cultura Económica
Quiroz, L. (2012). De la comadrona a la obstetriz. Nacimiento y apogeo de la profesión de partera titulada en el Perú del siglo XIX. Dynamis32(2), 415-437.
Rosas Lauro, C. (2004). Madre sólo hay una. Ilustración, maternidad y medicina en el Perú del siglo XVIII. Anuario de estudios americanos61(1), 103-138.
Zegarra, M. (2001). La construcción de la madre y de la familia sentimental. Una visión del tema a través del Mercurio Peruano. Histórica25(1), 161-207.


[1] Para el caso peruano, por ejemplo, la tasa de mortalidad para finales del siglo XVIII fue altísima, en el caso de que hubiera existido algún tipo de sentimentalismo hacia los hijos, la muerte de estos hubiera desencadenado en luto, lo cual no fue así, no al menos en la Lima de ese tiempo (ZEGARRA 2001: 194).

viernes, 29 de mayo de 2015

De símbolos de resistencia a derechos olvidados. Historia de los predios y servidumbres peruanas en Arica (1926-2014), II Parte

Bach. Gonzalo Paroy Villafuerte
gonzalo_paroy@hotmail.com
Historia - Universidad Nacional Mayor de San Marcos


III.- HISTORIAS DE LAS SERVIDUMBRES PERUANAS TRAS  EL TRATADO DE 1929

En el Tratado de 1929, que declaró la paz entre los estados en cuestión y delimitó los territorios, y que fue producto de una larga negociación; señala un régimen de servidumbres a perpetuidad para el tránsito del ferrocarril de Tacna a Arica para el puerto peruano. Chile se comprometía a grandes rasgos a:

a) Construir a su costo, dentro de la bahía de Arica un puerto, malecón, edificio de agencia aduanera y una estación terminal del ferrocarril Tacna-Arica,

b) establecer zonas de tránsito de personas, mercaderías y armamentos donde el Perú gozará de independencia propia tanto en el puerto como en el ferrocarril,

c) ceder derechos sobre las aguas de los ríos Ushusuma y Mauri

 Las servidumbres  son restricciones al dominio territorial, voluntariamente aceptados por un Estado mediante un acuerdo internacional. El término no es simple al tener implicancias en su evolución histórica y jurídica, sometido a tan diversas interpretaciones[1]. Si bien el término ha formado parte de los acuerdo bilaterales, y participado en la misma dilación del cumplimiento de las mismas, en su época, en la década del veinte formó parte de la táctica chilena para terminar con los problemas fronterizos pendientes que acarreaba desde el siglo pasado: cesión de una serie de servidumbres, que limitaba su soberanía, pero le permitió cerrar sus problemas decimonónico y quedarse definitivamente con el gobierno de Arica. Sin ello, la controversia se hubiera alargado. Escribe Ríos Gollardos que

sin esas servidumbres no habría sido posible liquidar la guerra del Pacífico, salvo que se hubiese restituido Antofagasta a Bolivia y Arica al Perú [...] mediante las servidumbres concedidas Chile retuvo Antofagasta: 125 000 Km2; Tarapacá y Arica: 58 000 Km2; liquidó una guerra, consolidó el dominio de su territorio y suscribió la paz.[2]

III.1.- El Ferrocarril Tacna - Arica

El Ferrocarril, sus estaciones y su red ferroviaria le pertenecen al Perú, como ya se explicó por servidumbre perpetua como se menciona en los Artículo Quinto y Sétimo del tratado del 29. El primero menciona que a su costo el gobierno de Chile construirá “una estación terminal para el ferrocarril a Tacna” donde el Perú gozará de independencia propia. En el segundo menciona que el ferrocarril tras el fin de la concesión, “pasará a ser propiedad del Perú. Sin perjuicio de la soberanía que le corresponda ejercer, Chile constituye a perpetuidad en la parte que la línea atraviesa su territorio el derecho más amplio de servidumbre en favor del Perú”.

La historia de este ferrocarril se remonta a la época del boom guanero peruano, durante el gobierno del Mariscal Ramón Castilla. El Estado peruano utilizó parte del dinero en la construcción de una red ferroviaria que permita el transporte de las materias primas de manera eficiente. Se construían y se daban en concesión de compañías extrajeras. Se autorizó su construcción en 1851 y fue realizado entre 1852 y 1855 para ser después cedido en concesión al señor José Hegan por 99 años (decreto del 6 de agosto de 1852) e inaugurado el 1 de enero de 1857. Tras el Tratado de Ancón, quedó en terreno incierto, pero al ser de una compañía inglesa, no fue objeto de expropiación. Tras el Tratado del 29, se cedió en su extensión al Perú, al terminar la concesión convirtiéndose en un ferrocarril internacional. En esas rieles viajaron las tropas peruana dirigidas por el Coronel Bolognesi, por lo que su valor histórico es muy significativo y por tales motivos, cuenta con un museo de sitio en la estación Tacna y el Parque de la Locomotora.


Al pasar los estudios técnicos del ingeniero Marini, enviado por el Estado, se autorizó el tráfico y se estableció los costos de pasajes y fletes cumpliendo un importante papel, logrando interés de 50%. En 1856 Hegan cede los derechos a la compañía inglesa The Arica & Tacna Railway Co. acto reconocido por el Estado el 24 de abril de 1857[3].

Hacia la década del cuarenta, el ferrocarril disminuye sus ingresos, por lo que cae en un abandono por parte de la compañía inglesa, paralizada desde diciembre de 1941. Con Resolución Suprema del 30 de enero de 1942 el Estado Peruano toma posesión de las instalaciones y dependencias del ferrocarril, realizando un inventario y asumiendo su administración, con el fin de que no se suspenda el servicio[4]. Las quejas británicas fueron desestimadas por el gobierno en vista de que la empresa concesionaria no cumplió con el trato.[5] En 1972 fue encargado a ENAFER S.A. (hoy ENAFER) y desde diciembre del 2004, fue encargada al Gobierno Regional de Tacna, tras la solución de la caída del puente de Chacalluta. 

Cabe señalar que cuenta con un Museo de sitio en la estación de Tacna, que funciona desde el 27 de agosto de 1978 bajo la administración de ENAFER[6].

Respecto al cumplimiento y la diplomacia de los artículos concernientes al ferrocarril y su estación terminal, debemos mencionar:

a)       El Protocolo de Liquidación de Obligaciones rechazado de 1934 significaba el cambio de las obligaciones chilenas para con el Perú por una suma de dinero a Tacna.
b)      La criticada Acta suscrita en 1985 menciona respecto a la estación terminal que se integrará al puerto y malecón peruano en Arica (punto 10). El Perú tendrá en servidumbre “todos los derechos que los precipitados instrumentos le acuerden. Los terrenos así afectados serán debidamente cercados a fin de permitir el desarrollo de actividades que en ellos se realicen” (punto 11) y que “Conforme a lo previamente estipulado, el Gobierno de Chile construirá una parrilla ferroviaria o peine, una oficina de control, una báscula y un pozo de revisión de máquinas conforme al plano que se confeccionará…” (punto 13). Pero en el artículo 12 le cede permisos al gobierno chileno: “ENAFER autoriza a el empleo a perpetuidad de los terrenos que se señalan en el plano anexo para los fines de una mejor operación y explotación del Puerto Comercial de Arica”. 
c)      La Convención de Lima de 1993 menciona: Chile entregará al Perú la estación final en Arica del ferrocarril Tacna-Arica. La “propiedad de la Estación y del terreno sobre el cual se ha levantado corresponde al Perú”, mientras que “El terreno sobre el cual está constituida la antigua estación del Ferrocarril y ésta última [la nueva estación], pasarán a ser propiedad de Chile” (Art. 20). No obstante “el derecho de propiedad […] queda sometida a las leyes chilenas” (Art. 21). Por otro lado, se le otorga al Perú un sitio único por el cual ejercer el libre tránsito (“a través de la Explanada habilitada por Chile” –Art. 23). Finalmente “Las vías férreas y demás instalaciones ferroviarias construidas sobre la Explanada son de propiedad del Perú” (Art. 25). El tratado no entró en vigencia.

Tras el análisis del término en base a diccionarios, Novak explica que la “propiedad”  del ferrocarril implica la propiedad de la maquinaria, equipos, la vía férrea e incluso el suelo sobre la cual fue construida. Así además, fue concedida en 1852 a favor de Hegan que se extendía al camino sobre donde está la línea férrea[7]. Siguiendo al autor, la expresión “estación terminal del ferrocarril” comprende también una parrilla ferroviaria o peine que debe facilitar el ingreso y salida del tren al malecón, una caseta de vigilancia, una báscula, un pozo de revisión de máquinas y un patio de obras. Así quedó redactado en el Acta de Ejecución de 1999 siguiendo el espíritu del Tratado del 29[8].

Según la información de 9 de diciembre del 2008, subida al blog del museo ferroviario de Tacna, se realizaban diversas ampliaciones, mejoras y mantenimientos al museo, a las máquinas y a la red ferroviaria[9], pero según noticias más contemporáneas (desde el 2011 hasta la actualidad), coinciden en la información siguiente[10]

a)      En febrero del 2011 el ferrocarril dejó de funcionar por cuatro meses al detectarse que no contaba con licencia ni autorización para su funcionamiento.
b)      Se reinició su operación por unos meses, hasta que el auto-vagón de la estación de Tacna realizó un último recorrido el 2 de marzo del 2012. El motivo: daño de 50 metros de línea férrea.
c)      El Gobierno Regional de Tacna inició un proceso judicial con la empresa concesionaria para el pago de $/7000 para la compra de piezas y su arreglo.
d)     El subgerente de Promoción a las Inversiones y Exportaciones del GRT y administrador de la estación ferroviaria, Orlando Ángulo explicó que no solo es el tramo dañado el obstáculo, él sostiene que “la línea férrea, de 62 kilómetros, está sumamente deteriorada por falta de mantenimiento. El último que se le dio fue hace más de diez años.”[11] Menciona además que por su mal estado, no soportaría el peso de varios vagones si fueran puestos en operatividad, que están guardadas en la estación. Sugiere por ello, la renovación total de toda la línea, lo que demanda una inversión de S./ 3.5 millones por Km. lo que hace un total de S./ 217 millones para el cambio. 
e)      El cese de operación del ferrocarril acarrea algunos problemas: corre el riesgo de que pueda desaparecer, pueda ser invadido el terreno por el crecimiento demográfico y urbano, pueda ser expropiada por Chile por su inoperación excusando el aumento poblacional (como ya sucedió con una esquina de “El Chinchorro”), o pierda su categoría de servidumbre ante el interés de capitales peruanos.
f)       De similar forma, el museo no cuenta con mantenimiento ni seguridad, por lo que registraron pérdidas de valiosísimas piezas históricas.
g)      El término utilizado por los noticieros más constante es el de “Estado de abandono” del ferrocarril. 



En la actualidad mantiene las características denunciadas por los diarios, aunque hay un creciente conocimiento y por tanto interés en el asunto. En el Congreso está el proyecto de Ley para tratarlo como tema de “interés nacional” que cambiaría el destino del tren, además de interés del Estado de volver a ponerlo en funcionamiento apoyando con dinero a la empresa concesionaria. 

III.2.- El Complejo Portuario

Entendemos como “complejo portuario” al conjunto de edificios, estructuras y derechos en Arica cedidos al Perú en servidumbre perpetua en el Tratado de 1929, lo que comprendía: “un malecón de atraque para vapores de calado, un edificio para la agencia aduanera peruana y una estación terminal para el Ferrocarril a Tacna, establecimientos y zonas donde el comercio de tránsito del Perú gozará de la independencia propia del más amplio puerto libre” (Art. Quinto) y todo eso construido y financiado por el gobierno de Chile dentro de los 1575 metros de la bahía de Arica. Asimismo, el Artículo Segundo del Protocolo Complementario menciona que el puerto peruano en Arica tiene las facilidades del más absoluto libre tránsito de personas, mercaderías y armamentos”. Además que “Las operaciones de embarque y desembarque, se efectuarán mientras se construyen y terminan las obras indicadas en el Artículo Quinto del Tratado, por el recinto del muelle de Arica a La Paz, reservado al servicio del ferrocarril de Arica a Tacna”. De esta manera, se comprometió a la construcción de la red portuaria referida. El inicio de este complejo y su cesión definitiva al gobierno peruano tardó varias décadas de intercambios diplomáticos, dilaciones y desacuerdos.

Fue el embajador norteamericano Alexander Morre quien propuso la idea de “dos Aricas, cada país con su puerto”[12] dividiendo el territorio en dos partes, pero garantizando para el Perú el acceso al mar, puesto que históricamente, Arica ha sido el puerto de Tacna.

Los agentes norteamericanos proponen que el lugar fuera la desembocadura del río San José a 2 km. del puerto de Arica. Los agentes chilenos propusieron la construcción en costas de Tacna del puerto en la zona llamada la Yarada. Chile rechazó la propuesta de los nortemericano aduciendo a futuros problemas por la cercanía del puerto al ferrocarril de Arica-La Paz y al predio “El Chinchorro”. Su contrapropuesta fue la construcción del complejo dentro de la bahía de Arica además de la suma de 2 millones de dólares. Una tercera propuesta contenía dos posibilidades: puerto en la desembocadura del río Lluta, a 10 km de la bahía de Arica, pero fue rechazado por ser una zona inviable.[13]

El presidente Leguía aceptó el complejo dentro de la bahía “donde gozará de la más completa independencia dentro del más amplio puerto libre”, más la suma de 6 millones de dólares, en lugar de 2. Esta propuesta prosperó y así se firmó.
De manera similar al ferrocarril, la larga diplomacia para acordar la construcción, ubicación, en suma, el cumplimiento del Tratado, llevó a dilaciones. Se lee en la historia diplomática:

a)      Se mencionó ya que el rechazado Protocolo de 1934 proponía el cambio de las obligaciones por una suma de dinero.
b)      Tras ser notorio que el Perú no iba a aceptar dinero por una propiedad y derecho, se establecieron comisiones técnicas binacionales para determinar los pormenores de las obras en la bahía de Arica, así como su régimen jurídico. Según la información recolectada por Fabián Novak, las comisiones se reunieron los años 1936, 1938, 1953, 1957 y 1963. Si atendemos a los argumentos de Antonio Zapata, estas relaciones atendieron a un creciente deseo de cooperación entre ambas naciones, donde Chile fue activo mediador de las relaciones internacionales de Perú con otras naciones, razón por la cual es garante del Protocolo de Río de Janeiro[14].
c)      La reunión más significativa fue la realizada en enero de 1953 representados por el ministro de Relaciones Exteriores Alberto Ulloa Sotomayor. La Cancillería chilena se comprometía a la construcción de lo estipulado (malecón, edificio de aduanas, estación terminal) y para ello desea la cooperación de técnicos peruanos que junto a los chilenos, estudien y den su opinión sobre  la mejor forma de realiza las obras. Estas conversaciones terminaron en 1965 con la aprobación del Perú del proyecto de construcción.[15]
d)     La construcción inició en 1969, se paralizó en 1978 hasta 1982. Las obras se concluyeron el año 1987.[16]
e)      Menciona el Acta de 1985 respecto al complejo: “conforman un sistema integrado de servicios- deben ser administrados por un funcionario del estado peruano, facultado para coordinar su operación con las autoridades chilenas” (Punto 2). “… el malecón de atraque para el servicio del Perú integra jurídica y funcionalmente el complejo portuario de Arica y, por ende, está sujeto a la autoridad chilena en todo lo que guarda elación con las competencias de la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante de Chile […] y a la propias autoridad portuaria de Arica”  (punto 3). Menciona además que la agencia aduanera ya ha sido construida, pero que se ampliará (punto 15).
f)       Por otro lado, en la Convención de Lima de 1993 se menciona que Chile tiene comprometido la construcción de “El Muelle Norte del espigón ubicado al norte de la bahía de Arica, el edificio para la Agencia Aduanera Peruana construida sobre el Muelle Norte…” (Art. 1), que “será registrada en el Conservador de Bienes Raíces de Arica a nombre del Estado chileno con anotación del derecho de uso a perpetuidad para el servicio del Perú de dicho Muelle Norte” (Art. 2). En conjunto, hace énfasis de que el uso del muelle solo corresponde al lado norte de dicho “espigón”.

Ya se explicó que fue el año 1999 donde se da el Acta de Ejecución definitivo para ceder las construcciones finales al Perú. En estas conversaciones no se siguieron los tratados anteriores y se procedió a acordar un nuevo régimen jurídico. Se trató al malecón como a uno solo y no dividido en Norte y Sur, y las normas chilenas aplicables a estas zonas. El complejo se entregó el año 2000. El 1 de febrero se firmó el Acta de Recepción y las instituciones respectivas asumieron las administraciones (ENAPU; ENAFER y Aduanas del Perú). El mismo año se inauguró el Cristo de la Concordia en el Morro de Arica.

III.3.- La Servidumbre de los ríos  Mauri y Uchusuma

La "chilenización" de las "provincias cautivas" no fue solo un proceso que se pretendía cultural y demográfico, sino que además el gobierno chileno buscó ejercer soberanía actuando sobre su geografía, explícitamente, sobre sus recursos naturales hidrográficos. Por tal motivo, uno de los puntos del Tratado del 29 menciona lo siguiente:

Chile cede a perpetuidad a favor del Perú, todos sus derechos sobre los Canales de Uchusuma y del Mauri, llamado también Azucarero, sin perjuicio de la soberanía que le corresponderá ejercer sobre la parte de dichos acueductos que queden en territorio chileno después de trazada la línea divisoria [...]. Respecto de ambos Canales, Chile constituye en la parte que atraviesan su territorio, el más amplio derecho de servidumbre a perpetuidad en favor del Perú. Tal servidumbre comprende el derecho de ampliar los Canales actuales, modificar el curso de ellos y recoger todas las aguas captables en su trayecto por territorio chileno, salvo las aguas que actualmente caen al río Lluta y las que sirven a las azufreras de Tacora" (Art. Segundo).

En primer lugar, esta sub-cuenca se ubica en la provincia de Pacajes del departamento de La Paz, pero tiene su origen en la cordillera occidental de los Andes ubicado en el departamento peruano de Puno. Los ríos de esta zona son internacionales al tener sus orígenes en Perú o Chile y desembocar en el río Desaguadero, por tal motivo, de manera constante han existido conflictos por el uso de las aguas, las desviaciones de sus caudales o la soberanía ejercida en ellas. El motivo principal de las discusiones se debe a que los desvíos afectan a la población rural existente, pues las políticas de aprovechamiento de recursos y la diplomacia sobre ellas, históricamente, no han tenido en cuenta sus actividades de subsistencia, así como tampoco tienen en cuenta la subsistencia de la flora y fauna autóctonas.

En efecto, la geografía de la sub-cuenca del Mauri y sus afluentes (entre ellos, el Uchusuma), por su ubicación y pos su riqueza natural como abastecimiento de agua para los pueblos, aldeas y ciudades aledañas, explican la generación de muchas conversaciones y controversias diplomáticas en Perú, Bolivia y Chile al tratarse de aguas continentales internacionales, que además se ubica un lugar que fue ocupado por décadas por el gobierno de Chile por décadas, han dado paso a una particular historia de los sucedido con este derecho peruano. Esta sesión fue acordada por los firmantes del Tratado de Lima porque durante la ocupación de Tacna, las aguas y la ribera fueron aprovechadas por empresas chilenas que buscaron expandir tanto su riqueza, como el control del territorio que, en ese momento, les pertenecía.

Una revisión de la Historia de estos ríos permitirá entrever los pormenores de la importancia del conocimiento del problema actual de los ríos:

a) El año 1867 el gobierno peruano autorizó a Fernando Hugues el inicio de la construcción un canal para transportar 3000 pies cúbicos de agua por minuto desde el río Uchusuma hasta la quebrada de Guanacague, rumbo al valle de Tacna. Pese a que nos se logró la totalidad de la obra ni los resultados deseados, el canal proporcionó un aumento del 40% las condiciones agrícolas del valle[17].

b)  En 1876 el ingeniero Kruger elaboró un proyecto para desviar 5000 litros por segundo de aguas del río Mauri (y sus afluentes) con destino al valle de Tacna. Tal proyecto quedó frustrado por la guerra de 1879, con el conocido resultado de la posesión temporal de Tacna por Chile.[18]

c) Con motivos de la campaña de "chilenización", en 1912 y 1913 el canciller chileno Agustín Edwards encargó al señor Herreros Vergara con la misión de perfeccionar el proyecto de Kruger. Aprobadas las obras propuestas, en 1914 el gobierno de Chile envió 3 millones de pesos en bonos para el financiamiento de la obras[19]

d) Con los mismos propósitos, empresas particulares compraron terrenos en Tacna, tales como la "Chácara Chiarella", posesión de la antigua Cia. Industrial y Azucarera de Tacna[20], empresa chilena.

e) Respecto a esta compañía, fue organizada en Santiago en 1919 por 37 socios fundadores que en su mayor parte, eran diplomáticos, ex ministros, representantes nacionales, funcionarios públicos y gente allegada a la administración chilena que no poseían tierras en Tacna. El Gobierno de Chile emitió bonos  para el regadío del valle de Tacna con aguas de los ríos Mauri (3000 litros) y del río Uchusuma (1000) para el regadío de 3000 hectáreas de caña de azúcar, algodón y legumbres.

f) Por tal motivo, el Gobierno boliviano encomendó al señor José Aguirre Achá para que realice una inspección cuando se supo que los chilenos iniciaron los trabajos de captación de 1921. La comisión boliviana fue expulsada por las tropas chilenas, cuyo Gobierno ocupaba la zona en esos años. Se inició de esta manera una fuerte controversia diplomática entre Chile y Bolivia por el desvío del río peruano-boliviano del Mauri, que impidió que se concrete la obra. Las actividades se paralizaron y quedan en la actualidad como testigo de ello, las obras incompletas.[21] La razón fue que el denominado "Plan Tacna" que buscaba aplicar el Gobierno de Chile afectaba a las comunidades bolivianas de Charaña, Avaroa, General Pérez, Camacho y Calacoto. La objeción del Gobierno boliviano fue aceptado, y es conocido como la "Tesis de 1921"[22].  

g) Como sabemos, en el Tratado del 29 Tacna retorna al Perú, y con ello, los derechos que antes tenía Chile sobre los ríos Mauri y Uchusuma se vuelven ahora derechos peruanos.

 
BIBLIOGRAFÍA

BASADRE GROHMAN, Jorge
            Historia de la República del Perú (1822-1933). Lima, Editorial Universitaria,       1968, Tomos IX y XIII.

            La vida y la historia. Antología. Lima, Orbis Venture S.A.C., 2005, 256 pp.

BENAVIDES CORREA, Alfonso.
            Una difícil vecindad. Los irrenunciables derechos del Perú en Arica y la   inadmisible pretensión ecuatoriana de acceder con soberanía al Amazonas.       Lima, UNMSM, 1997, 903 pp.

            Perú y Chile. Del Tratado y Protocolo Complementario de 1929 sobre Tacna y   Arica a la Convención de 1993 sobre pretendido Cumplimiento de Obligaciones.       Lima, S/e, 1993, 174 pp.

NOVAK TALAVERA, Fabián
            Las convenciones entre Perú y Chile para la ejecución del Tratado de 1929.         Lima, PUCP, 2000, 223 pp.

PARODI REVOREDO, Daniel
            Conflicto y reconciliación. El litigio del Perú contra Chile en la Corte de La         Haya (2008-2014). Lima, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, 2014,             254 pp.

RODRÍGUEZ CUADROS, Manuel
            Delimitación marítima con equidad el caso de Perú y Chile. Lima, PEISA, 200, 416 pp.

ZAPATA VELASCO, Antonio
            "De Ancón a La Haya: Relaciones diplomáticas entre Chile y el Perú". En AA.    VV. Generación de diálogo. Chile-Perú, Perú-Chile. IDEI/Konrad Adenauer     Stittung/IEI, pp. 13-27.

JEMI, Manuel
            "Análisis histórico y actual del desvío del río Mauri",





[1] Alfonso Benavides, Una difícil vecindad, pp. 163-166
[2] Citado por Alfonso Benavides, Una difícil vecindad, pp. 166-167
[3] http://museoferroviariotacna.blogspot.com/
[4] http://museoferroviariotacna.blogspot.com/
[5] Novak, p. 89
[6] Las referencias y contenidos del museo en http://museoferroviariotacna.blogspot.com/
[7] Novak, p. 84
[8] Novak, p. 88-90
[9] http://museoferroviariotacna.blogspot.com/
[10] Referencias:
http://www.larepublica.pe/25-04-2013/advierten-que-espacio-del-ferrocarril-tacna-arica-podria-ser-usado-por-chile
http://www.elmorrocotudo.cl/noticia/economia/congreso-peruano-busca-recuperar-el-ferrocarril-arica-tacna-y-el-sitio-7-del-puerto
[12] En Novak, p. 29
[13] Novak, p. 31 - 32
[14] Antonio Zapata, p. 20
[15] Novak, p. 38-39
[16] Novak, p. 40
[17] Elaborado sobre la base de los escritos de Paredes; Jemí; COMITÉ DE USUARIOS DE AGUASDE LACUENCA DEL RÍO MAURI - DESAGUADERO
[18] Ibídem
[19] Ibídem
[20] Mencionado en el Protocolo de 1934
[21] Paredes
[22] COMITÉ DE USUARIOS DE AGUASDE LACUENCA DEL RÍO MAURI - DESAGUADERO