martes, 24 de junio de 2014

ALGUNAS REFLEXIONES ENTORNO A LA DENOMINADA “TELEVISIÓN BASURA”

Jiles Hennys Ugaz
Universidad Nacional Mayor de San Marcos


Imagen tomada de Internet
En los últimos años hemos observado que la atención de algunos diarios y programas de televisión en el Perú se ha centrado en invadir la esfera íntima de personas que se autodenominan artistas (cantantes, cómicos, actrices y más); de modo que, entendiendo lo anterior, en el presente escrito[1] la discusión no irá en medir su talento o las aptitudes de sus carreras, sino en analizar nuestra actitud ante el empobrecimiento cultural de lo que se emite en la televisión.
1.      LO NEGATIVO
Desde que se popularizó el uso del televisor se ha emitido programas que diviertan o les disipen la mente al conglomerado de la población, por lo que hemos visto desde Laura en América, Magaly TeVe y ahora Amor, amor, amor, Combate, Esto es guerra, La noche es mía y El Valor de la verdad[2], a los cuales se les denomina como “televisión basura”[3].
Actualmente, sabemos que en la década de los noventa se manipularon los medios de comunicación por parte de nuestro entonces presidente Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos, quienes  estratégicamente planearon que los peruanos consumieran programas que nos mantengan alejados de un idóneo análisis de la realidad y es justamente en ese contexto que nace Laura en América, en el que su conductora vendía la historia de vida de personas que por lo general eran de escasos recursos y no conocidas en el medio televisivo a diferencia de lo que hizo Magaly Medina, quien empleando a personas reconocidas por el común, define un estilo televisivo marcado por la especulación e incita la incertidumbre por conocer aspectos  de la esfera íntima[4]. Siguiendo la línea de Magaly TeVe surge Amor, amor, amor, por su parte La noche es mía con el cambio de conductor[5] ha declinado a un programa de comentarios burlescos ante los eminentes hechos escandalosos de algunos personajes; mientras que Combate y Esto es guerra parecen mezclar un poco de cada uno de sus antecesores. Respecto a El Valor de la verdad pierde la idea de juego para pasar a ser una especie de consultorio psicológico en vivo.
2.      LO POSITIVO
Pese a todos los programas que nos ha brindado la televisión también hemos tenido algunos verdaderamente grandiosos como Sucedió en el Perú que motivó el interés por una historia del Perú que iba más allá de las fechas y mostrarnos un poco de la valiosa labor de los historiadores, La función de la palabra de Marco Aurelio Denegri, resultó siendo un espacio para entrevistas a intelectuales, críticas a libros y más; Museos puertas abiertas tuvo como objetivo incentivar a las personas a que visiten los museos dando a conocer brevemente lo que albergaban sus muestras; Tiempo después presenta una serie de entrevistas que gira entorno a diversos temas con invitados oportunamente seleccionados y enriquecidas con los pertinentes comentarios del historiador Juan Luis Orrego; Umbrales nos ha permitido conocer más sobre Arqueología, Historia y tecnología. En un ámbito totalmente distinto hallamos a Experimentores que engloba a una serie de experimentos, en los que se explica un sinnúmero de aspectos sobre química y física.
3.      ¿CRÍTICA?
Hoy es muy frecuente criticar a la denominada “televisión basura” y señalar lo peor que se muestra en la misma pero es muy común olvidar que si se emiten es porque existe un grueso de la población expectante y no solamente adolescente o amas de casa –como se suele señalar–; además, las criticas caen severamente hacia los productores o canales que los emiten, dejando a un lado que ellos tienen intereses económicos que no podemos eludir y que no arriesgarán por brindar cultura a la población, pues sencillamente son empresarios que invierten en lo que lo incrementará sus ingresos. Entonces, si el problema no recae en los productores que solo cuidan de no caer en la censura del Instituto de Radio y Televisión del Perú (IRTP), ¿a quienes culpamos?
Los psicólogos nos han advertido el serio daño que se produce para los niños y adolescentes el crecer viendo habitualmente programas con tendencias violentas o que se desarrollen con un lenguaje inapropiado; asimismo, como científicos sociales entendemos que la “televisión basura” tiene una nula iniciativa a la crítica y un inadecuado posicionamiento para comprender la realidad contextualizada de nuestros problemas como país y que de ningún modo se reduce a conocer la vida íntima de algunos personajes del mundo televisivo.
4.      REFLEXIONES FINALES
Realizamos una pequeña lista sobre algunos programas de señal abierta que tienen como característica común el exponer la vida íntima de las personas aunque cada uno con sus diversas particularidades y hemos percibido que la crítica se dirige hacia los productores o canales televisivos y de ningún modo a la población que los consume, pues aunque suene lamentable somos los televidentes (adultos) los que decidimos qué, para qué y por qué ver determinados programas, así como también, los que determinan qué verán nuestros hijos.
¿Qué pasaría si los intereses televisivos, de todos los peruanos, cambiaran y se vincularan únicamente hacia programas meramente culturales y críticos? Los productores no emitirían más de lo que se denomina “televisión basura” porque simplemente no sería rentable; sin embargo, sabemos que uniformizar tendencias resulta utópico en un espacio tan lleno de variopintas necesidades y por ello es que surgen medidas regularizadoras pero que al parecer no son realmente efectivas.
Los programas negativos -aunque nos cueste admitirlo- responden a lo que vivimos en nuestra sociedad, en nuestro día a día en nuestras relaciones interpersonales tan vinculadas por el interés al conocimiento de la esfera íntima de nuestros allegados y por ende es más difícil de lo que creemos erradicar la “televisión basura”, pues consiste en realidad en cambiar nuestras actitudes cotidianas tan arraigadas y mal direccionadas.
La solución a largo plazo recaerá en un trabajo conjunto con psicólogos, sociólogos, antropólogos, historiadores, educadores -entre otros- para poder comprender correctamente la actitud del individuo-televidente para así tomar medidas más apropiadas. Sin embargo, a corto plazo nosotros podemos comenzar por analizar el porqué observamos determinados programas (¿entretenimiento?, ¿obsesión por conocer la vida íntima de personajes televisivos?) y dejar de verlos si creemos que no satisfacen nuestras necesidades e incluso modificar actitudes negativas en la vida diaria; del mismo modo, debemos tener la iniciativa de promover esta reflexión a nuestros familiares porque sabemos perfectamente que los que tanto criticamos a la “televisión basura” albergamos a uno que otro consumidor de la misma en nuestra casa. El cambio debe partir de nosotros desplazando la atención al televisor si no es para algo educativo o recreativo en condiciones verdaderamente sanas y pertinentes porque somos nosotros los que decidimos  qué consumimos.



[1] En las siguientes líneas se plasmarán opiniones meramente personales de quien escribe  y  de ningún modo de Annalicemos Historia.
[2] Entendemos que la lista sobre programas negativos es larga pero solo hemos querido mencionar aquellos en los que se exponga la vida íntima de las personas.
[3] Según Gustavo Bueno en su libro Telebasura y democracia. Cada pueblo tiene la televisión que se merece, designa como “televisión basura” a cierto tipo de programas que se caracterizan por su mala calidad de forma y contenido, en los que prima la chabacanería, la vulgaridad, el morbo e incluso la obscenidad y el carácter pornográfico.
[4] Nótese que el programa de Magaly Medina relacionaba la infidelidad, la embriaguez y más solo con quienes formaron parte de las figuras televisivas (cantantes, actrices y más) pero casi nunca con los políticos. Asimismo, cabe recordar los problemas legales que tuvo tras los videos íntimos de las “prostivedettes”.
[5] Carlos Galdos es el actual conductor del mencionado programa, quien se caracteriza más que por extrovertido por ser bastante vulgar y escandaloso.

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