martes, 15 de enero de 2013

EL ACOSO SEXUAL CALLEJERO: ¿VÍACRUCIS FEMENINO? [1]



Por Jiles Hennys Ugaz
(Estudiante de 5to año de la Escuela de Historia, UNMSM)

Durante las últimas décadas las mujeres hemos logrado conseguir un sinnúmero de derechos pero hasta el momento no conseguimos un verdadero respeto. Pasamos de ser adornos y acompañantes de un esposo a ciudadanas y sin duda es un triunfo que debemos aplaudir pero aún en la sociedad no ha concluido nuestra lucha.   
1.      DEFINICIÓN
Es un tipo de violencia particular pues, además de ser no deseada, ocasiona en las mujeres impactos negativos.[2] Cualquier acción o comentario entre extraños en lugares públicos es una falta de respeto, desagradable, amenazante y / o de acoso y está motivada por el género, en países como la India y Bangladesh, se denomina "bromas vísperas", y en países como Egipto, se llama "acoso sexual público"[3], este último constituye una práctica cotidiana en ciudades de diversas partes del mundo (New York, Hong Kong, Sevilla, La Habana, Bogotá, Nueva Delhi, Lima, Otawa, en ciudades de Arabia Saudita, Kuwait, México, etc.) y las formas que adopta son muy variadas.[4]
Según el artículo 1 de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer o la “Convención De Belem Do Para” debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer; tanto en el ámbito público como en el privado.[5]
Es bastante común en este tipo de agresión que adolecen las mujeres hallar determinados “piropos” que según el lenguaje coloquial es sinónimo de “halagos”, pese a que no compartimos ese mismo parecer mostramos un cuadro elaborado por la investigadora Nadia Rojas para la realidad mexicana que no dista mucho de la del Perú:
Cuadro 1: Clasificación de piropos.[6]

2.      POSIBLES CAUSAS
Analizar el porqué las mujeres son violentadas en un espacio público como son las calles es más que una pregunta compleja que intentaremos responder grosso modo señalando como posibles causas lo siguiente:
  •      La cosificación de la imagen femenina dentro de una sociedad patriarcal.Entendiéndose por “cosificar”a la consideración como una cosa o un objeto, a algo que no lo es, en este caso cosificar a la mujer es hacer uso de ella o de su imagen para fines que no la dignifican como ser humano.[7]
  •        También tenemos que agregar que al parecer adolecemos de un imaginario social falocrático, en donde la imagen de la mujer llega a ser sinónimo de un “objeto sexual”; sin embargo, debemos ser muy cuidadosos en no realizar una falsa generalización pues la heterogeneidad de nuestra sociedad así nos lo exige.
  •         La violencia en los espacios públicos como una continuación de la violencia en lo privado.[8]
  •      La educación es una causa importantísima porque es justamente el medio por el que se reproducen los patrones socialmente aceptados. Los niños aprenden de los adultos a ser agresores y las mujeres que ignoran este problema social no los corrigen.

3.      CONSTITUCIÓN DEL PERÚ
La Constitución Política del Perú señala en el inciso 1 del artículo 2 de los “Derechos fundamentales de la persona” que tenemos derecho: “A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar.”, pero ¿de qué “integridad moral, psíquica y física” y  “libre desarrollo y bienestar” hablamos cuando muchas mujeres son violentadas por cuanto sujeto esté frente a ella?, ¿es que las del sexo femenino no merecen transitar por las calles sin ser agredidas?
Para responder a lo anterior,según el Código Penal del Perú se tipifica a  las “Ofensas al pudor público” (Capítulo XI)dentro de “Delitos Contra la Libertad”, en el cual el artículo 183 manifiesta:
“Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos años el que, en lugar público, realiza exhibiciones, gestos, tocamientos u otra conducta de índole obscena”.[9]
Sin embargo, el artículo mencionado muestra un vacío legal pues no señala qué se entiende por “conducta de índole obscena”; además que, por el espacio en el cual la víctima sufre la agresión resulta muy difícil conseguir las pruebas necesarias para lograr una victoria legal.
Recalco nuevamente que las mujeres aún no conseguimos un completo respeto y prueba de ello es que no es una novedad escuchar en las calles a varones - en la gran mayoría de los casos - gritar “halagos” que no son más que ofensas pese al artículo 183; sin embargo, ¿en qué medida puede afectar a una fémina escuchar a diario lo bien torneado o no de su cuerpo?, ¿hasta cuándo tendremos que ser testigos del acoso sexual callejero? y ¿a todas las féminas les ofende oír los gritos masculinos?
4.      IDEAS ERRÓNEAS
  •        Las mujeres provocan a los hombres
En reiteradas ocasiones se suele afirmar que son las mujeres quienes provocan a los hombres con sus prendas diminutas, transparentes o ceñidas que no hacen más que despertar  su atracción; por lo que,  en respuesta a esto ellos silban y gritan calificativos de todo tipo. Pese a ello, se debe recordar que ellas no se visten para complacerlos.
  •        A las mujeres les gusta [10]
Al grueso de las mujeres no les agrada escuchar “gritos” al caminar en las calles ni que les detallen la silueta de su cuerpo. Sin embargo, esta idea podría ser reforzada porque en gran medida las agredidas sólo responden con indiferencia, pensando que ello es la decisión más idónea; de esta manera el agresor concluye: “si no dice nada es porque le gusta”.
Los temores y la inseguridad de la persona violentada conllevan a que evite un enfrentamiento, por lo que no se debe confundir el “miedo” por el “gusto”. No podemos cegarnos y creer que escuchar las fantasías de estos individuados resultará bien recibido para los oídos de quien los perciba, puesto que el común de las afectadas sufre de un temor constante a sufrir algún daño físico; pese a ello debemos reconocer este problema para conscientizar tanto a los agresores como los agredidos y puedan al fin comprender que las personas no son objetos sexuales y parar así con la cosificación que cotidianamente observamos.
  •        Es un modo de conquistarlas y/o enamorarlas
Es absurdo creer que a una mujer que se desee para una relación con una proyección a futuro podría ser hallada tras el atosigamiento que es víctima con este tipo de violencia. El enamoramiento no es fruto de un vínculo con claras muestras de agresión y humillación.
5.      PROPUESTAS
La solución que aqueja no sólo a nuestro país debe ser un proyecto conjunto y entendiéndose así planteo lo siguiente:


  •          Entender que la solución a este problema no será a corto plazo e incluso es probable que ni a un mediano plazo, por lo que se debe actuar con bastante criterio, ya que lo que buscamos es conscientizar a la población tanto masculina como femenina, niños, jóvenes y adultos.
  •         Difundir las investigaciones sobre el acoso sexual callejero para presentarlo como un lesivo problema para nuestra sociedad que afecta a cada uno de quienes la constituyen.
  •         Mostrar los casos acaecidos a nivel internacional para así combatir con grandes tabúes y falsas ideas sobre sus causas y sus repercusiones.
  •         Propiciar un mayor interés por parte del Estado para erradicar paulatinamente el acoso sexual callejero.


[1]              El acoso sexual callejero no sólo es padecido por las mujeres sino también por miembros de la comunidad LGTBI. Sin embargo, por ser casos aunque bastante similares, conllevan particularidades y especificaciones que posiblemente explicaré de modo posterior. De modo que, en las siguientes líneas abordaremos únicamente el caso de este tipo de violencia hacia las féminas.


[3]              Véase stopstreetharassment.com, de HollyKearl Martha Langelan, Lauren R. Taylor, y Dr. BerniceSandler. Consultada en enero de 2013.

[4]              GAYTAN SÁNCHEZ, Patricia. El acoso sexual en lugares públicos: un estudio desde la GroundedTheory. [En línea]. En: El Cotidiano, mayo – junio. 2007. Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco. pp. 5 – 17. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=32514302#. Consultada en enero de 2013.
[5]              UNIFEM. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la Mujer “Convención de Belem do Para”. (Washington, UNIFEM, 2005). Citado por CENTRO DE DERECHOS DE MUJERES. Violencia contra las mujeres y misoginia: una relación indisoluble. Un estudio sobre la misoginia en los espacios físicos públicos. 2011. Honduras, pp. 9.

[6]              GAYTAN SÁNCHEZ, Patricia. (2007). El acoso sexual en lugares públicos: un estudio desde la GroundedTheory. [En línea]. En: El Cotidiano, mayo – junio. Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco. pp. 11. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=32514302#. Consultada en enero de 2013.

[7]              ROJAS GALDÁMEZ, Nadia Samantha. Cosificación de la mujer en los medios de comunicación impresos en Guatemala. [Tesis para optar la licenciatura en Ciencias de la Comunicación]. 2004. Guatemala, pp. 14pp. Disponible en: http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/16/16_0445.pdf. Consultada en diciembre de 2012.

[8]              CENTRO DE DERECHOS DE MUJERES. Violencia contra las mujeres y misoginia: una relación indisoluble. Un estudio sobre la misoginia en los espacios físicos públicos. 2011. Honduras, pp. 32.

[9]        El Artículo 183 modificado por el Artículo 1 de la Ley Nº 27459, publicada el 26-05-2001.

[10]              Cabe recalcar que un determinado sector de la población femenina no toma con desagrado algunas palabras o frases emitidas por los varones. Nótese, además, que el tema del acoso sexual callejero por más que ocurra de modo cotidiano no ha tenido suficientes investigaciones ni tampoco éstas han sido divulgadas a la población para que puedan entender que aquello que se aprecia como “normal” es un tipo de violencia de género.

1 comentario:

Karlos dijo...

Aunque tu reflexión esta dirigida hacia el Peru es casi como si leyera el caso Colombiano creo que son las mismas similitudes, pero todo esto es por un proceso de ver los "piropos" o el acoso como algo normal que hacen todos los hombres para "cortejar" a una mujer sin saber o en su defecto cocientes de que en realidad están cometiendo una trasgresion en contra de la vida privada y el libre desarrollo de la personalidad.

De todas formas debemos desaprender algunas cosas y aprender unas nuevas para que nuestra sociedad mejore y sea un poco mas equitativa y respetuosa entre los géneros.