miércoles, 27 de junio de 2012

LA COLUMNA VERTEBRAL DEL ESTADO VIRREINAL QUE EDIFICÓ EL GOBERNADOR LOPE GARCÍA DE CASTRO

La construcción del "cuerpo orgánico de república"

Por Javier Enrique Robles Bocanegra
El concepto cuerpo orgánico de república se inserta en la instauración de los corregimientos de indios en abril de 1565 por el gobernador Lope García de Castro. Los fundamentos que tuvo el gobernador para crear dicha institución se expresa en tres ramas: La dispersión de los indígenas, el maltrato que recibían por el encomendero y la perpetuidad de la encomienda.

Para ver estas tres ramas es preciso analizar la obra de Guillermo Lohmann y de Carlos Lazo-Javier Tord. El primero nos brindará el alcance institucional de las causas del corregimiento y el segundo el alcance social insertado en el sistema colonial legalista.
La dispersión del indígena lo ejemplificaba bien Castro al decir que es como si el corregidor de Toledo hubiese de oír quejas en León, no se sentía la autoridad real en los indios, los territorios eran muy extensos[1]. A ello se sumaba que los alcaldes de indios actuaban a petición del curaca y encomendero, la mala recaudación tributaria reflejaba una restricción de los gastos fiscales y la perpetuidad de la encomienda, al desaparecer, estos revertían a la Corona.
Es así que se necesitaba crear una institución capaz de marcar la representatividad del poder regio en los indígenas y ampararlos en el buen gobierno, que se representa con la visión de justicia real, mediante el cual se obraba sobre los cuerpos de la sociedad a través de la economía de la gracia, distribuyendo derechos, prerrogativas y cargas según el lugar que se ocupa en la sociedad[2]. Esa institución sería  para Castro los corregimientos de indios. Dicha institución debían de cumplir la máxima función política: insertar a los indígenas en el cuerpo orgánico de república, recayendo ese papel en el corregidor quien sería el nexo entre la república de españoles y la república de indios[3], actuaría como el organismo intermediario entre los gobernantes y gobernados.
Estos corregimientos de indios, sin duda marcarían la interrupción y limitación de las relaciones entre los indios y los encomenderos[4], habían autoridades propias, privadas y especiales para los indios porque el corregidor personificaba al Rey mismo en el distrito, era la encarnación del poder real. Es allí donde se insertaba en un cuerpo político de corte real madrileña.

El corregimiento tenía que marcar una representatividad del poder central regio y eso Castro lo aplico muy bien, el corregimiento debía ser la pequeña corte real que se asemejaba a un cuerpo humano, donde el Rey era la cabeza, y los funcionarios reales y elites los diversos órganos del cuerpo, se interrelacionaban entre sí para garantizar la armonía social en la comunidad política, esto es el equilibro de los cuerpos políticos, manifestando practicas patrimonialistas y clientelistas a su alrededor.
Todo eso debían de encarnarlo los corregimientos, pequeñas cortes distritales, el corregidor era la cabeza del cuerpo, daba la unidad del cuerpo político y sus órganos eran los funcionarios como los curacas, los alcaldes de indios, sus consejeros y para dar la armonía entre los miembros del cuerpo, el corregidor pactaba con las elites indígenas locales y funcionarios cercanos.
Esta inserción del corregimiento lo analiza  Carlos Lazo y Javier Tord, explicando que la institución funcionó como prototipos de justicia feudal ( protección a cambio de trabajo) se constituyeron a satisfacción del rey, funcionarios y señores indianos de todos los sectores[5],  viéndose en un trasfondo que era anteponer una frígida justicia protectora para exigir luego concretas prestaciones personales[6], con lo cual vemos las practicas clientelistas para armonizar el cuerpo político, un “buen gobierno” era hacer una correcta justicia protectora indígena para luego practicar el patrimonialismo con las elites locales con el trabajo indígena para mantener el equilibro de los cuerpos.
Las prácticas patrimonialistas y clientelistas del cuerpo político del corregimiento manifestaban los negocios de gobierno, los males menores y necesarios[7] para mantener la armonía de los miembros del cuerpo. En primer lugar;  estaban la designación de algún cargo para los hijos de los conquistadores beneméritos nacidos en el Nuevo Mundo, ellos eran los llamados a pactar o consensuar con el corregidor al igual que los curacas. Segundo; satisfacía compromisos señoriales de estamentos con la corte madrileña, tercero; aseguraban los corregidores a los nobles principales de su séquito, solo a sus allegados políticos les repartía los cargos. De esta manera los funcionarios podían cumplir todas sus funciones de acuerdo a su cuerpo, alcaldes de indios, curacas, consejeros, alguaciles y todo esto debía de expresarlo el corregidor de indios, la cabeza del cuerpo orgánico de república distrital en el interior del Virreinato del Perú.

El segundo análisis a llevar es la construcción del concepto cuerpo orgánico de república. Es preciso analizar la obra de Alejandro Cañeque y Rafael Sánchez- Concha Barrios. Este último señala que tiene sus inicios en la cadena del ser, donde todo parte de la divinidad, llega al más ínfimo de los seres y retorna al Creador, no hay vacios, todo concuerda armoniosamente y forma al mismo tiempo una jerarquía[8], afirmando entonces que el concepto de cuerpo de república es tradicional en la cultura política. Platón y Plutarco alimentaron este concepto como un cuerpo humano, en donde los órganos del cuerpo eran los miembros, se encuentran unidos por la cabeza del cuerpo y trabajan de acuerdo a sus cualidades naturales.
Estas ideas reforzaron una definición bajomedieval de cuerpo místico organizado por la sociedad cristiana,[9] donde todos los hombres se encuentran unidos al cuerpo de Cristo y se convierten en sus miembros, siendo Cristo la cabeza y engloba al Universo como dominio del Señor.
El cuerpo místico se uso como metáfora del cuerpo humano y eso produjo préstamos de un cuerpo a otro, el cuerpo político de Estado tuvo entonces un fundamento en el cuerpo místico secular de la Iglesia que tenía los fundamentos políticos y jurídicos del mundo laico, la unión de estos dos cuerpos dio origen al cuerpo de república. Tuvo también un origen político en España durante la guerra contra los moros, se necesitaba la unidad frente a la multiplicidad de sus partes, es así que nace el orden social representado en el rey Alfonso X, el Sabio[10]. La unidad de los reinos daba un solo cuerpo político íntegro para que se procuren el bien común.
El bien común significaba la armonía de las partes o los miembros del cuerpo, que no solo significaba bienestar material, sino el bien de la naturaleza humana en toda su plenitud. Para lo último era entonces necesaria la conjunción con el cuerpo místico con el cuerpo político llevándose la salvación de los súbditos y la justa vida de ellos. Sánchez-Concha lo expresa como “la política vida del cuerpo místico de la cosa pública”[11].
En conclusión el cuerpo de república tenía su origen en Dios y su gobierno terrenal era el nombramiento de los reyes españoles, debajo de ellos se situaba el cuerpo político de la sociedad bien concertada armoniosamente.
Este cuerpo de república al trasladarse a América virreinal va tomar la forma de un cuerpo orgánico de república, estructurando un Estado organicista. Para ver ello, debemos entender Estado como un conjunto de relaciones entre personas más que como entidades que poseen vida propia[12]. El poder político estaba disperso en una constelación de polos relativamente autónomos, cuya unidad se mantenía simbólicamente como “cabeza única”[13]. Esos polos eran los diferentes “cuerpos” que componían a la comunidad política, estaban unidos por el virrey que cumplía dos funciones: representar la unidad del cuerpo político y mantener la armonía entre todos sus miembros, garantizando sus derechos y privilegios, eso solo eran posible con una sola cabeza y ese era la figura del virrey.
El cuerpo político unificado  se concebía de modo organicista, porque todos los miembros del cuerpo se les comparaban sistemáticamente con el cuerpo humano, cada miembro tenía su rol como un órgano corporal específico[14]. Es así como el Estado virreinal para el siglo XVI adquiere un estilo orgánico representado en sus miembros con diversas funciones, y de cuerpo de república al adquirir una unidad del cuerpo, un todo con los habitantes del reino, donde el monarca o virrey era la cabeza y el reino, los miembros.
En esa concepción no había una separación entre Rey y Estado formaba un cuerpo colectivo del príncipe, mediante una corporalización de la comunidad política o poder personalizado en la colonia. Es decir un fundamento clave para reconocer que el virrey era la unidad y la cabeza del cuerpo orgánico de república,  era reconocerlo como la personificación viva del Rey en el territorio, para ello era necesario tener una cercanía y contacto directo con la persona en la cual reside el poder regio[15]. Al virrey se le consideraba en posesión de toda majestad, de todo el poder y autoridad del monarca. Tenía que cumplir principios políticos-morales para el “buen gobierno” del cuerpo orgánico de república. Ese buen gobierno será la aplicación política del cuerpo político que veremos a continuación.
El análisis de la aplicación del cuerpo orgánico de república tenía su base en el buen gobierno de la justicia, ya que asegura la paz, la armonía y la tranquilidad del cuerpo político. Para ello, Cañeque nos habla de que el virrey debía de mantener la lealtad de sus vasallos para el buen gobierno y eso reflejó en la aplicación de redes de patronazgo y clientelismo[16].
El patronazgo o prácticas patrimonialistas se sustentaba en que para mantener la armonía del cuerpo orgánico de república era necesario que el dirigente nunca dejara de premiar a los buenos vasallos y castigar a los malos. Se requería de cierta generosidad del rey hacia sus súbditos para conferir vitalidad, fortaleza y virtud a los miembros del cuerpo político. El patronazgo tenía a decir de Cañeque dos objetivos: un control más efectivo del virreinato con la creación de redes de lealtad personal y aseguraba la lealtad de sus miembros al quedar unidos por la deuda de gratitud[17], debía de servir al monarca porque le otorgó los premios.

El patrimonialismo reflejaba que el Rey es el dueño de la tierra y padre del Reino[18] . Es así que el patronazgo trajo consigo redes masivas de clientelismo, un complejo entramado de reciprocidades mutuas que entretejía a loso súbditos de todos los estragos de la corte. El virrey debía escoger a quienes lo acompañaban en el manejo de Estado, regalando premios, mercedes y oficios para alcanzar la justicia del buen gobierno[19].
Arancivia lo desarrolla como alguien quien asciende por la gracia del poderoso y recibe una prebenda quien logra una recomendación que convenza a la argolla[20]. En esos términos no hay que confundir con corrupción, el patrimonialismo y el clientelismo de corte prebendista era necesario para el cuerpo orgánico de república, la corrupción política que se define en la época con la tiranía del virrey o el desequilibrio del poder.
 Las redes clientelistas aplican un espacio exclusivo y excluyente del poder virreinal, ya que la corte virreinal fue el centro de negociación permanente entre el virrey y la élite criolla, era el círculo inmediato en donde salían las principales mercedes, oficios y nombramientos del reino[21], ascendía quien penetraba en la camarilla del virrey, sabiendo mantenerse en ella.
Arancivia señala una caracterización de las redes clientelistas y prebenditas del virreinato, el virrey aplicaba el patronazgo solo a su corte virreinal, a sus allegados políticos del palacio de Lima, asunto que no ocurría en el siglo XVI, todos los criollos tenían su cargo funcionario. Su entorno político estaban todos los funcionarios virreinales, como su secretario, sus oidores de la Audiencia, los corregidores, y los de su corte como gentiles hombres, arcabuceros, camareros, maestresalas, mayordomos, pajes, y criados de su palacio[22]; porque era necesario ganar aliados y dependientes con el fin de fortalecer su propia figura y de la monarquía en la lealtad de sus súbditos como ya lo indicamos anteriormente.
Para finalizar el análisis, las redes patrimonialistas y clientelistas también eran el mecanismo esencial para que el virrey alcance legitimidad como unidad del cuerpo orgánico de república. Con el patronazgo regio, los virreyes fortalecían el poder de la Corona y con las redes clientelares, afianzaban más el poder regio[23].
En conclusión, la columna vertebral del cuerpo orgánico de república eran las redes patrimonialistas y clientelistas que servían como la aplicación del Estado organicista virreinal del siglo XVI.

[1]  Guillermo Lohmann Villena.  Guillermo Lohmann Villena.  El corregidor de indios en el Perú bajo los Austrias. Lima 2001. PUCP , p. 92

[2]  María Teresa Calderón.  La majestad de los pueblos en la Nueva Granada y Venezuela 1780-1832. Taurus,  Colombia 2007,  p. 57
[3]  Guillermo Lohmann Villena.  El corregidor de indios en el Perú bajo los Austrias. Lima 2001. PUCP , p. 91-92
[4]  Ibídem , p. 69 y p. 106
[5]  Carlos Lazo y Javier Tord:   Economía y sociedad del Perú Colonial.  Tomo III. Mejía Baca, Lima 2001, p.  39
[6]  Ibídem, p.  43

[7]  Ibídem, p.  43

[8]  Rafael Sánchez Concha-Barrios.  La tradición  política y el concepto de cuerpo de república en el virreinato.  Lima 1999.  UNMSM, p. 102
[9]  Rafael Sánchez Concha-Barrios.  La tradición  política y el concepto de cuerpo de república en el virreinato.  Lima 1999,  UNMSM,  p. 103. Este concepto de cuerpo místico nació en 1150 y se definió como el cuerpo oficial de la Iglesia, siendo la cabeza Cristo y cuyos miembros eran los arzobispos, obispos y prelados.
[10]  Ibídem,  p. 105
[11]  Ibídem,  p. 106.  La cosa pública o res pública tenía que velar por la felicidad tanto en el mundo terreno como el ultraterreno.

[12]   Alejandro Cañeque.  Cultura vicerregia y Estado colonial. Una aproximación crítica al estudio de la historia política de la Nueva España,  México 2001 New York University, p. 9.   El Estado no debe ser definido como expresión institucional de relaciones sociales.
[13]   Ibídem p. 12.
[14]   Alejandro Cañeque.  Cultura vicerregia y Estado colonial. Una aproximación crítica al estudio de la historia política de la Nueva España,  México 2001 New York University, p. 14
[15]  Ibídem , p. 16
[16]  Ibídem, p. 38.
[17]  Ibídem , p. 39-40

[18]   Eduardo Torres Arancivia.  La imagen del rey en un siglo de rebeliones. Poder, buen gobierno, tiranía y legitimidad en el Perú Borbónico.  Revista Diálogos, UNMSM, Lima 2006 p. 108
[19]  Eduardo Torres Arancivia.  La imagen del rey en un siglo de rebeliones. Poder, buen gobierno, tiranía y legitimidad en el Perú Borbónico.  Revista Diálogos, UNMSM, Lima 2006 p. 109-110.   El monarca impuso su autoridad atrayendo a las élites criollas e indígenas con el patrimonialismo, repartía el poder entre sus súbditos para que se autogobiernen permitiendo un pactismo o autoritarismo consensual.

[20]  Eduardo Torres Arancivia.  Corte de virreyes. El entorno del poder en el Perú del siglo XVII.  PUCP. Lima 2006, p. 27
[21]  Ibídem , p. 31
[22]  Eduardo Torres Arancivia.  Corte de virreyes. El entorno del poder en el Perú del siglo XVII.  PUCP. Lima 2006, p. 37.  Los espacios de clientelismo eran auspiciados por los propios virreyes como sus secretarios, asesores o burócratas que llevaban las riendas del reino.
[23]  Alejandro Cañeque.  Cultura vicerregia y Estado colonial. Una aproximación crítica al estudio de la historia política de la Nueva España,  México 2001 New York University, p. 46-47



martes, 26 de junio de 2012

HUMORADA. EL PERÚ EN EL LIBRO DE ORO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL TURISMO.

Por Virgilio Freddy Cabanillas Delgadillo


Con descaro, el Estado peruano ha inscrito a nuestro país en el Libro de Oro de la Organización Mundial del Turismo. Aquí algunas ideas de lo que pueden visitar los viajeros en nuestro país:



Cusco:

Vea las magníficas paredes incas con piedras labradas a la perfección. Pero no pase por la calle Loreto. El año 2010 con motivo de las obras del centro comercial Yma Sumac, unas bestias desmontaron un muro inca y lo volvieron a armar, pero no pudieron encajar las piedras con la perfección de los arquitectos antiguos. Se trata del más terrible atentado contra el Patrimonio Monumental, perpetrado a vista y paciencia de todos. Porque en el Cusco nadie vio nada, nadie dijo nada. Ni las autoridades, ni los intelectuales, ni el pueblo. Sólo se dieron cuenta cuando el daño estaba realizado. Se armó un escándalo pero demasiado tarde. ¿Saben cuántos presos hay por este atentado contra la cultura? Ya imaginan la respuesta.

En vez de invitar a turistas, los cusqueños deberían hacer un llamado en busca de ayuda internacional para ver si se puede reparar en algo el daño cometido. Ya descuidaron el Intihuatana de Machu Picchu pero no aprenden.


Madre de Dios:

Viva una experiencia ecológica en los ríos contaminados con mercurio gracias  a la labor esforzada de los buscadores de oro. Bosques destruidos, aguas envenenadas, nativos afectados y problemas sociales como la prostitución infantil y el alcoholismo son los logros de estos señores, mineros informales que no pagan impuestos. Y el Estado, que se hizo de la vista gorda durante décadas, ahora les da más tiempo para que se “formalicen”.


Lima:

En una ciudad que es Patrimonio Cultural del Mundo puede conocer bellos conjuntos monumentales como la Alameda de los Descalzos, el cementerio Presbítero Maestro, la Plaza Dos de Mayo y la Plaza Bolognesi. En todos los casos las esculturas de alto valor estético lucen mutilaciones y la arquitectura del entorno está dañada -e incluso colapsada- y en las noches los sitios se convierten en muladares, fumaderos, urinarios públicos, etc.

También puede visitar -de lejitos nomás- El Buque, una de las quintas más antiguas de la ciudad -y de Latinoamérica- con su arquitectura de telaraña esperando el terremoto que la traiga abajo con todos sus habitantes adentro.

O si lo prefiere vaya de museos. Los más importantes son el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (¿alguien se puede acordar de ese nombre?) y el Museo de la Nación. Las colecciones que poseen son realmente fabulosas y su personal científico excelente, pero el primero tiene una infraestructura de la década del 40 del siglo pasado -y la mitad del museo se desarrolla en una antigua casona- con muchas dificultades para una museografía moderna. El segundo perdió su gran exposición permanente el año 2008 con motivo de las cumbres AL-CUE y APEC. Lo convirtieron en centro de convenciones. Hoy sólo es un pálido reflejo del ayer. Ahora ni siquiera tiene nombre, lo han retirado de la fachada para colocar “Ministerio de Cultura”.

Si antes de visitar los museos quiere conocer sus contenidos en la web, no se moleste, ambas instituciones no tienen página propia, la verdad es que para el  mundo no existen.


Pero el Estado peruano ha inscrito a nuestro país en el Libro de Oro de la Organización Mundial del Turismo...

sábado, 16 de junio de 2012

CRÍTICA INFORMAL


LA ÉLITE POLÍTICA ESTUDIANTIL FRENTE A LA ACTUAL CRISIS INSTITUCIONAL DE LA FACULTAD DE CC.SS.

 


Angel Sandoval Sanchez
Estudiante de Historia 5to año (UNMSM)


Se dice que “estudiar y luchar es deber estudiantil”, frase utilizada y exclamada hasta el cansancio en cada marcha o protesta universitaria, esencialmente de sanmarquinos. Esta arenga, entre otras muchas más, son parte del vocablo revolucionario (por así decirlo) de un sector de estudiantes, los llamados “políticos”, que bajo esta premisa intentan exhortar y sensibilizar a los estudiantes ajenos (o enajenados) a estas protestas para sumarse a la lucha y hacerles ver lo legítimo de sus reclamos, en busca de un bienestar común.
¿Y por qué decimos una “élite política estudiantil”? Entre los mismos estudiantes y docentes de San Marcos podemos distinguir dos tipos de alumnados: los que se dedican a “perder el tiempo” en reclamos y luchas políticas de diversas índoles, y los que son “indiferentes” ante estas protestas e “ignoran completamente” el movimiento estudiantil, casi enajenándose de éste y volcando sus energías y su tiempo en cosas que para ellos creen más interesantes y productivas (desde el estudio hasta el ocio). Basta aclarar que ambos calificativos por las cuales ambos grupos (por no decir tipos) de estudiantes reprochan al otro no son ciertos y responden ante una equívoca interpretación del análisis del estudiantado sanmarquino.
Esta división del estudiantado bajo el criterio de su participación política (dígase de paso, criterio muy polémico para ser medido) genera una profunda contradicción en el discurso del movimiento estudiantil, puesto que éste es redactado y generado por un sector politizado que se mueve bajo intereses que muchas veces no está acorde al total de estudiantes que dicen representar. En esta oportunidad tomaremos como caso la Facultad de Ciencias Sociales, una de las facultades más politizadas de la Ciudad Universitaria por la cantidad de grupos y colectivos políticos que convergen aquí, así como la gran cantidad de protestas y reclamos sociales, entre otros, que surgen en este espacio. A partir de ahora me pronunciaré como estudiante de dicha Facultad, relacionando este análisis con la actual crisis institucional y académica por la que pasamos actualmente.
El movimiento estudiantil, renacido con el fin de la intervención de la Universidad, ha tenido como prueba de fuego la problemática del “By-pass Venezuela” ocurrida allá en el año 2008, revitalizándose por la indignación de los muros derribados, la cercenación del campus, y por el ímpetu de los ingresantes del aquel año, cuyo espíritu juvenil (por no decir ese afán “revolucionario” y de aventura) fue hábilmente dirigido por una clase política estudiantil (esa que se “preocupa” por los asuntos de la universidad) para rebelarse en contra de los atropellos y la falta de liderazgo del entonces Rector Luis Izquierdo para solucionar el problema con la Municipalidad de Lima. En ese entonces hubo una paralización casi sistemática de las clases en el campus que duró más de un mes, alargando el semestre académico hasta el mes de agosto. Sin más resultados efectivos que la paralización de las obras dentro de la Ciudad Universitaria hasta una renegociación del “problema by-pass”, las diversas tomas de facultades cesaron, en parte también por el desgaste mismo de los estudiantes y la falta de un apoyo directo por parte del sector docente, si bien la lucha estudiantil persistiría hasta el año siguiente. Esta gran oportunidad de articular un movimiento estudiantil coherente y organizado fracasó (en mi opinión) por una falta de visión clara por parte de esta élite política de los verdaderos intereses estudiantiles, además de sabotajes internos por parte de operadores políticos e intereses propios de los múltiples grupos que existen en cada facultad, algunos organizados de buena forma que, aglutinando varias facultades, se desgastaron en una lucha interna por el poder central (léase Asamblea Universitaria, Consejo Universitario), más que traicionando a los estudiantes, al movimiento estudiantil. Pero ¿por qué decimos una falta de visión clara? Analizaremos esto dentro de la Facultad de CCSS, puesto que pasa por la misma incoherencia de comprender, paradójicamente, su propia realidad.
El año 2010 ante la tacha de la candidatura del Dr. Salazar Zapatero hacia el decanato, el Rector Izquierdo escoge al Dr. Waldemar Espinoza como  decano interino, teniendo un plazo de 30 días para convocar a Consejo de Facultad y realizar nuevas elecciones. Ésta nunca se realizó, teniendo la Facultad como decano “ilegal” al Dr. Espinoza hasta la actualidad. Frente a esta coyuntura se realizó una toma de Facultad el año 2010, medida ilegal pero legitimada por los estudiantes políticos en su afán de revocar del cargo al mencionado docente, durando no más de dos semanas y con resultados nulos. Actualmente, dos años después, se retoma esta medida radical contando ya cerca de una semana de paralización y con un sombrío futuro conforme pase los días y el desánimo y pesimismo arraigue en los estudiantes ante la nulidad de resultados.
¿Por qué fracasó la toma del 2010? ¿Y por qué muchos ya hablan de un futuro fracaso de ésta? Esbozaré tres falencias del movimiento estudiantil que, bajo la proclama de luchar por los intereses de todos los estudiantes, está condenado a fracasar, o por lo menos a representar una lucha vacía y sin tener contacto con la realidad.
  1. Por no aceptar que son una élite estudiantil de carácter político y su deber es dirigir y animar a los estudiantes desinteresados y “no políticos” a congeniar con sus objetivos. Una élite minoritaria que no está conciente (al menos no explícitamente en el discurso) que son ellos los que toman las decisiones, elaboran los discursos y los reclamos estudiantiles. Generalizar sus protestas agrupando a la totalidad de estudiantes genera un rechazo y alejamiento de aquel grupo estudiantil que no está interesado (al menos en la práctica) en la política de la Facultad, no teniendo representación ni legitimidad ante ellos salvo esporádicas ocasiones como lo fue el año 2008 donde todos los estudiantes percibían con angustia la inseguridad del campus y sus alrededores por la falta de muros. Su deber como élite política más que concientizar, es informar al resto del estudiantado sobre la justicia de sus reclamos y que a la larga podría beneficiarlos. Desarrollar actividades culturales y académicas complementarias en estos periodos, así como otras actividades de ocio que atraigan a los “no políticos” y los hagan participar activamente dentro de las protestas o tomas de Facultad. Las bases menores son claves, puesto que aún no están completamente informadas de la situación y atraerlos de manera dinámica a los procesos de información y difusión de actividades puede contagiarlos y “concientizarlos” sobre la gravedad del asunto, aún no están contagiadas del pesimismo de las bases mayores que hemos presenciado la parte negativa e improductiva de la política, además de no contar en su mayoría con una carga laboral. La toma de Facultad debe ser un espacio de discusión, diálogo y ocio que atraigan a la mayoría de estudiantes que, por lo general, se dedican a esto último durante la para de clases. El deber como élite política es discutir internamente los intereses del estudiantado (calidad académica, mejores docentes, etc.) y reconocer que éstos no precisamente son de interés de todos, siendo su tarea el contagiar al resto de la masa estudiantil de la legitimidad de sus reclamos y que apoyen sus medidas al menos con su presencia. Tal vez el lado más negativo de la política se ve aquí: el populismo maquiavélico para lograr objetivos que se creen justos y beneficiarán a la larga a todos, pero no podrán realizarse sin el apoyo de una gran mayoría: dejar el slogan de que “20 gatos tomaron la Facultad, aprovecharé esto para vagar/estudiar”. Pero sin un discurso y organización coherente, todo caerá en saco vacío.
  2. Por la falta de un discurso orgánico y coherente dentro de esta minoría política, así como la falta de “partidos políticos” fuertes y con apoyo estudiantil fuerte. En mis cinco años de estudios lo más cercano a un colectivo político organizado fue el ya desaparecido Unidos por Sociales y el actual Tercio mayoría Zurda Sociales. Si bien ambos contaron con una organización semi-centralizada controlada por sus operadores políticos y reflejadas (o expresadas) en sus representantes de listas que le valieron llegar al poder más de una vez usando el  llamado “trabajo de hormiga” y redes fuertes de amiguismos sobretodo con las bases menores, ninguno ha logrado esbozar un discurso coherente y efectivo con la realidad de la Facultad y del estudiantado “no político”. Frases y proclamas como la democratización de la información y de los espacios de representatividad  hacia los estudiantes (será de la élite política estudiantil), así como medidas populistas a través de operadores estudiantiles hacia las masas (como financiación de viajes de estudios, la creación de la sala de cómputo, etc.) no han logrado cautivar a la mayoría del estudiantado, siendo un reflejo de esto que en las elecciones estudiantiles gane el viciado por amplio margen. Todo grupo político que desee acceder al poder necesita forzosamente tener un colectivo organizado y un mensaje sólido y claro hacia el estudiantado que capte sus diversos intereses. Esta falta de un mensaje “con llegada” se plasma en las reuniones y asambleas generales, las cuales persiguen objetivos inmediatos y coyunturales que responden a intereses propios de cada grupo: ganar legitimidad y notoriedad que a la postre se refleje en votos en las futuras elecciones. No hay discursos creíbles a largo plazo que apuesten por una mejora académica y un cambio de mentalidad del estudiante porque no hay colectivos políticos lo suficientemente fuertes para resistir (que no es lo mismo que sobrevivir) en el tiempo, lo que los obliga a aprovechar cualquier coyuntura pública para figurar y ganar adeptos, que redunda en votos, repitiéndose el ciclo todos los años, aplazando el “gran cambio” cada vez más y más, y prolongando esta forma vaga e improductiva de hacer política.
  3. Por el mediocre sistema de representatividad y la ineficiente formación política y académica de los estudiantes. Es este mismo sistema que genera que sea una “élite política” contrapuesta a una masa “no política”. La pésima formación académica, reflejo de la crisis interna de la Facultad y externa del sistema educativo estatal en general, se refleja en el tipo de política y formas de representatividad respetadas por los estudiantes. Un estudiante que solo aprecia superficial y vanamente su propia realidad, que reclama más sus derechos (porque “luchar“ lo es) más que sus deberes que es el de estudiar, interpretar, analizar y proponer medidas coherentes de solución a nuestra realidad (sobretodo los de ciencias sociales) es caer en una política hueca, vacía e incoherente con la realidad social, es malgastar y no saber valorar el esfuerzo de millones de peruanos en nuestra educación gratuita. Y esto se refleja en la continua “apolitización” del estudiante, más interesados en egresar y obtener empleo que en “perder el tiempo” en procesos sociales que ni siquiera entiende, así como en las luchas mediocres por más raciones y residencias universitarias. Sumado a ello en un sistema que divide el voto estudiantil en tercio mayoría y minoría, así como sistemas de elección de base para las Juntas Directivas de los diversos Gremios que hace imposible un desarrollo a largo plazo y la formación sólida de partidos políticos estudiantiles, contribuyen a un movimiento estudiantil improvisado, ilegítimo y carente de seriedad.
Es por ello que, muy aparte de la falta de cooperación con los diversos sectores docentes de oposición y las trampas legales y boicots que puedan tramar el oficialismo, que la toma del 2010 fracasó, y probablemente lo haga la actual. No asumir claramente una conciencia de clase elitista (élite, puesto que son los únicos que participan en este mundo político, con los derechos y deberes que implica); no tener un discurso claro y coherente con su realidad, reflejo de los improvisados “partidos políticos” que existen en la Facultad; y una inadecuada formación académica y política que permita tener una mayor relación entre el discurso, las propuestas y la realidad es lo que condena cualquier intento de movimiento estudiantil, ya sea en esta Facultad como en la Ciudad universitaria en general. La actual toma de Ciencias Sociales no morirá por la falta de estudiantes para sostenerla, sino por la falta de un movimiento estudiantil estructurado que, muy a pesar de los diversos grupos que existen y convergen, no es capaz de cambiar la mentalidad del estudiantado y por ende incapaz de dirigirlos en unos reclamos que, por más justos que puedan sonar, a nadie más que a esta “élite” les interesa realmente. Y si proyectamos a un nivel macro, las conclusiones suelen ser más devastadoras y desmotivadoras. Los estudiantes de San Marcos utilizan los derechos ganados allá en la década de 1920, pero no los utilizan con el ímpetu y la racionalidad política y académica con que fueron engendrados. Un movimiento estudiantil que no aprende de sus acciones (y sus horrores) del pasado está condenado a repetirlo…

domingo, 10 de junio de 2012

EL DICIEMBRE DE ESE ENERO


PRODUCCIÓN HISTORIOGRÁFICA Y TESIS DE HISTORIA DE SAN MARCOS. 1999-2012.


(Caratula del libro clásico que todos en primer año debimos de haber leído: Cómo se hace una tesis de Umberto Eco)


Luis Rodríguez
Miembro de Annalicemos Hist8ria.
Estudiante de Historia - 5to año (UNMSM)


"El historiador es esencialmente un investigador" 
Virgilio Freddy Cabanillas

Introducción
Con esa frase del profesor Cabanillas inicio este pequeño (pero muy pequeño escrito) sobre el desarrollo de las tesis de Historia de San Marcos. Al escribir esto no pienso solo en las tesis ya sustentadas, pienso sobre todo en aquellas que falta impulsar y en aquellas que hay que realizar en adelante tomando los ejemplos y esfuerzos de nuestros ex compañeros. La investigación es parte fundamental del historiador, es lo que nos diferencia de cualquier erudito, como sigue mencionando el profesor Cabanillas:

"Por eso no podemos prescindir de la tesis. Esta es la primera investigación realmente seria y de largo aliento en la vida de un profesional de la Historia. Ahí se ponen a prueba los conocimientos adquiridos, se aplican  los métodos y las teorías  a hechos y procesos concretos, incluso se descubren las habilidades o limitaciones para la redacción." (Síntesis Social, N° 1, 2010.). 

Es por ello que nos queda pendiente impulsar la realización de las tesis, evitar los tan nocivos exámenes o cursos de grado, que nos privan de la experiencia fascinante y única de investigar. Es obvio, hay muchos motivos por el cual uno no hace la tesis, no solo por la motivación, también es cierto que la Universidad como institución que produce conocimientos debería asegurar que la mayoría de sus egresados realicen la tesis, por ello debería promover financiamientos serios (y no los ridículos de un poco mas o menos mil soles), debería realizar incentivos, preparar a sus jóvenes investigadores desde temprano, con revistas, concursos, etc. La universidad debería dar mas facilidades y dejar de poner trabas.

A ello hay que sumar el animo de los profesores y estudiantes, queremos realmente docentes que alienten a la investigación. Cuando ingresamos mis compañeros y yo hace 5 años, encontramos poco (pero muy pocos) profesores que nos alentaron a investigar, que nos criticaran y destruyeran los cimientos de nuestros trabajos, solo para ver como construíamos unos nuevos. Queremos tener profesores que alienten a investigar desde el primer día de clases de la universidad, porque esta actividad no es solo de especialidad o de los cursos de tesis, es una actividad permanente y constante del científico social. Y si hay profesores que ya están cansados de revisar trabajos de investigación, vale decir monografías o ensayos completos, pues entonces que se retiren. Es eso lo que queremos para la Historia y las Ciencias Sociales. A su vez queremos tener compañeros y estudiantes que amen la investigación, que tengan esa curiosidad por indagar y conocer a su sociedad, conocer su historia, su propio yo. Porque la historia es conocer, amar el conocimiento, y amar la historia es amar la vida. Es eso lo que queremos. Es eso lo que debemos incentivar, impulsar y realizar.

Entre 1999 y 2012[1] se sustentaron algo más de 50 tesis de grado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, entre ellas las referidas para obtener el grado de licenciatura son las más abundantes y en menor medida se refiere a las tesis de maestría y doctorado. Carlos Contreras[2] había hecho ya este tipo de trabajo para la PUCP entre 1975 y 1982, este artículo toma como precedente esta experiencia para delinear en base al análisis de dichas tesis, ¿cuales vienen siendo las líneas de investigación, los métodos, los objetos de estudios y el porcentaje de tesis producido en relación a la población de la Escuela, un trabajo preliminar sobre lo que se piensa desarrollar es la introducción de Alex Loayza al libro Trabajos de Historia. Religión, cultura y política en el Perú. Siglos XVII-XX

Las tesis sustentadas en esos 12 años no se refieren a una promoción o generación homogénea, en realidad de los egresados que sustentaron, muchos pertenecen a la década de finales de los 80, 90 e incluso estudiantes jóvenes de la actual década. Las promociones o “bases” que han producido tesis vienen de finales de los 80 y la última sustentada viene de una egresada de la promoción 2003, en adelante las siguientes promociones aún no ha desarrollado egresados con tesis. Esta variopinta situación de la producción de tesis tiene muchos factores, consideremos tomando el esquema de Loayza los dos principales:

a) Las revistas: En los 90 revistas como Séquialo o Nueva Síntesis, dieron espacio a varios jóvenes historiadores que se desarrollarían en adelante, entre ellos a Virgilio Freddy Cabanillas, Hector Maldonado y Carlos Carcelen. Diálogos en Historia a finales de la misma década también promueve la investigación, pero esta última aparte de los aportes de Jose Chaupis y Walter Vega no llega a constituirse en una tribuna de la joven historiografía que se estaba gestando, por el contrario en sus contenidos se encontraban historiadores ya consagrados. Las revistas de la última década mejoraran esta situación y se incluirán más espacios estudiantiles, que más adelante serán los que sustentaron las tesis, estas publicaciones son Uku Pacha fundada por Dino León y Juan Jose Pacheco Ibarra, Praxis en la Historia fundada por el Taller de Estudios Histórico-Filosóficos, Perspectivas del grupo del mismo nombre e Illapa fundada por Daniel Moran, Frank Huamani y María Aguirre. En estas publicaciones se podrá encontrar algunos esbozos de trabajos como de Emil Beraún, Jose Vasquez y de los mismos directores.

b) Las instituciones: Me refiero básicamente a los centros de investigación y a los eventos organizados por los estudiantes de las universidades. En el primer rubro se encuentra el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales (UNMSM) que editando la revista Investigaciones Sociales da cabida (en algunas oportunidades) a que tesistas y egresados publiquen, esto va de la mano con el financiamiento a tesis con asesor que año a año realiza la misma institución. A su vez se encuentran otras instituciones más foráneas como El Instituto Riva Agüero, centro de gran información para tesistas sanmarquinos y en algunas oportunidades el Boletín de la misma institución brinda oportunidades. A su vez el IEP e IFEA realizan concursos de ensayos con premios de becas de estudios, uno de los ganadores fue David Velásquez y Juan Carlos La Serna. Entre los eventos organizados se encuentra la La Semana de Historia del Centro de Estudiantes de Historia, evento artesanal y tradicional que exponía en vitrina algunos trabajos avanzados de estudiantes de pregrado, así señalaba Francisco Quiroz[3]. También se encuentra otros eventos importantes como el Simposio de Historia en Arequipa, el Coloquio de Investigaciones Interdisciplinarias Histórico-Sociales (COESCO) de la Universidad Nacional Federico Villarreal, los grandes coloquios de Historia de la PUCP y recientemente los Coloquios regionales de historia de la Asociación de Historiadores regionales Sur Arequipa (AHIRSA) y los Congresos Internacionales de Estudiantes de Historia (CIEH). Y también se suman a ellos los clásicos eventos organizados por Miguel Maticorena: Los Coloquios de Historia de Lima y los Coloquios de Historia de San Marcos.

Este trabajo se presentaba como el avance y esbozo más aproximado sobre la producción historiográfica de San Marcos en relación a las tesis y se pensaba realizar lo que se menciona en la primera parte para ser presentado en el Coloquio de San Marcos en mayo, pero considero que hasta ahora Alex Loayza en su introducción de Trabajos de Historia ha hecho una buena síntesis y análisis que, por el momento, bastara como aporte historiográfico.

Por el contrario daré algunas estadísticas que puedan servirnos y al final un apéndice con las tesis sustentadas entre esos años (en el conteo que tengo son 58 entre tesis de licenciatura, maestría y doctorado) y algunos datos a tomar en cuenta.

TESIS DE GRADO
Licenciatura
39
Maestría
12
Doctorado
7

TESIS SUSTENTADAS POR AÑOS
1999
3
2000
2
2001
2
2002
1
2003
4
2004
4
2005
2
2006
6
2007
6
2008
6
2009
7
2010
9
2011
4
2012
2 (Hasta ahora)

TESIS POR PROCESOS HISTÓRICOS
Prehispánica
--
Colonia XVI-XVII - Época Habsburgo
10
Colonia  SXVIII – Época Borbónica
10
Independencia y República S. XIX
20
República Contemporánea S.XX
18

ASESORES DE TESIS (Aproximados)
Dr. Cristóbal Aljovín De Losada
9
Dr. Manuel Burga Díaz
6
Dr. Waldemar Espinoza Soriano
4
Dr. Francisco Quiroz Chueca
4


APENDICE

ABANTO, Julio. Hegemonía y nación en la Guerra del Pacífico, en los conflictos entre la oligarquía limeña y los terratenientes serranos de Cajamarca: los gobiernos de Francisco García Calderón y Miguel Iglesias (1881-1884). Tesis de licenciatura, 2011, 302 p.  (Asesora Ruth Borja)

ALVAREZ ESCALONA, Gerardo. La difusión del futbol en Lima. Tesis de licenciatura, 2001, 159 p. (Asesor Manuel Burga)

AMES ZEGARRA, Marty. El Oncenio de Leguía a través de sus elementos básicos (1919-1930), Tesis de licenciatura, 2009, 172 p. (Asesor Héctor Maldonado)

ARIAS CUBA, Ybeth. Economía y sociedad de los monasterios limeños durante la época borbónica: La Encarnación y La Concepción (1750-1821). Tesis de licenciatura, 2008, 354 p. (Asesor Francisco Quiroz)

ARONI SULCA, Renzo. Campesinado y violencia política en Victor Fajardo (Ayacucho), 1980-1993 Tesis de licenciatura, 2009. (Asesor Custodio Arias Nieto)

ARRELUCEA BARRANTES, Maribel. Conducta social de los esclavos de Lima a fines de la Colonia. Tesis de licenciatura, 1999, 272 p.

ARRELUCEA BARRANTES, Maribel. Género, estamentalidad y etnicidad en las estrategias cotidianas de las esclavas de Lima, 1760-1800. Tesis de maestría, 2010. (Asesora Maria Emma Mannarelli)

BAZÁN DÍAZ, Marissa. La participación política de los indígenas durante las Cortes de Cádiz: Lima en el ocaso del régimen español (1808-1814). Tesis de licenciatura, 2010, 308 p. (Asesora Teresa Vergara)

BERAÚN BERAÚN, Emil. Los costos de la fe: un acercamiento al discurso represivo religioso en el Perú (1532-1585). Tesis de licenciatura, 2010, 171 p. (Asesor Waldemar Espinoza Sorianio)

CABANILLAS DELGADILLO, Virgilio. Los demonios y el infierno en la pintura mural andina: La iglesia de Huaro (Cuzco). Tesis de licenciatura, 2000, 202 p. (Asesor Manuel Burga)

CAJAS ROJAS, Antonio. Historia de la Biblioteca Central de la Universidad de San Marcos: 1923 a 1966. Tesis de maestría, 2008, 165 p. (Asesor Cristóbal Aljovín)

CASALINO SEN, Carlota. Los héroes patrios y la construcción del Estado-Nación en el Perú (S. XIX y XX). Tesis de doctorado, 2008, (Asesor Manuel Burga)

CASTILLO VARGAS, Carlos. Rompiendo el silencio: Raucana, historia de una posible base de apoyo del Partido Comunista del Perú o de como se formo el “nuevo poder”. Tesis de licenciatura, 2006, 395 p. (Asesor Carlos Lazo/ Waldemar Espinoza)

CASTRO, Jorge Luis. Sociedades secretas y masonería en el proceso de emancipación peruano: La Logia Lautaro en el Perú. Tesis de maestría, 2009. (Asesor Cristóbal Aljovín)

CHAVEZ HUAPAYA, Yeiddy. Los oscuros presagios: vida política de Sendero Luminoso en la cárcel (1980-1992). Tesis de licenciatura, 2010, 156 p. (Asesor Carlos Carcelén)

CONTRERAS, Ray Mitchel. La mentalidad religiosa de la sociedad limeña, asociada a los movimientos telúricos, en los siglos XVII y XVIII. Tesis de licenciatura, 2006, 265 p. (Asesor Carlos Contreras)

FRANCO CÓRDOVA, David. La memoria del triunfo: los milagros en el sitio del Cuzco y la construcción del discurso religioso sobre la conquista de los incas (1536-1664). Tesis de licenciatura, 2010, 247 p. (Asesor Francisco Quiroz)

GARFÍAS DÁVILA, Marcos. La formación de la universidad moderna en el Perú. San Marcos, 1850-1919. Tesis de licenciatura, 2009, 208 p. (Asesor Cristóbal Aljovín)

HUARAJ ACUÑA, Juan Carlos. El Convictorio de San Carlos de Lima: educación, currículo y pensamiento educativo, 1771-1836. Tesis de licenciatura, 2007, 163 p.  (Asesor Rolando Pachas)

HURTADO, Carlos. Curacas y obrajes: manufactura textil en el valle del Mantaro: siglos XVIII. Tesis de licenciatura, 2000, 274 p.

LA SERNA, Juan Carlos. Misioneros, modernidad y civilización de los “salvajes”: reconstrucción histórica del proyecto misionero adventista entre los ashaninka de la selva central peruana. Tesis de licenciatura, 2007, 144 p. (Asesor Cristóbal Aljovín)

LEON FERNANDEZ, Dino. Organización, desarrollo y realidad de las parroquias indígenas en el arzobispado de Lima colonial: el caso de la doctrina de Cañete, siglos XVI y XVII. Tesis de licenciatura, 2003, 228 p. (Asesor Waldemar Espinoza Soriano)

LEÓN DA COSTA, Angelica Maria. Historia y tradición en el valle de Surco: Las haciendas San Juan y Villa (            Lima, siglos XVI-XIX). Tesis de licenciatura, 2003, 270 p.

LINARES, Carlos Alberto. Las autodefensas unidas de Colombia (AUC) 1997-2006, Tesis de maestría, 2010, 207 p.  

LOAYZA PEREZ, Alex. La política educativa del Estado peruano y las propuestas educativas de los colegios San Carlos y Nuestra Señora de Guadalupe, Lima, 1820-1857. Tesis de licenciatura, 2006, 242 p. (Asesor Manuel Burga)

LOAYZA PEREZ, Alex. La segunda generación liberal. Transiciones hacia nuevas formas de participación política en la sociedad civil limeña, 1850-1857. Tesis de maestría, 2007, 242 p.

LUQUE LUQUE, Juvenal. Funcionarios y remuneraciones: salarios de la caja real de Lima en los siglos XVII y XVIII. Tesis de maestría, 2010, 274 p. (Asesor Francisco Quiroz Chueca)

MENDIETA, Maria del Pilar. De la alianza a la confrontación: Pablo Zarate Willka y la rebelión indígena de 1899 en Bolivia. Tesis de doctorado, 2007, 491 p. (Asesor Jurgen Golte)

MENDOZA, Jorge Américo. El ser afecto en el Perú. Siglos XVI al XVIII: del afecto al defecto, el individuo egocéntrico y el sentimiento de inferioridad. Tesis de licenciatura, 2011, 219 p. (Asesor Pablo Macera)

MEZA BAZÁN, Mario. Caminos al progreso, mano de obra y política de viabilidad en el Perú: La ley de Conscripción vial 1920-1930. Tesis de licenciatura, 1999, 204 p. (Asesor Carlos Contreras)

MILLONES, Iván. De caudillo militar a héroe nacional: la creación heroica de la figura del mariscal Andrés A. Cáceres entre la república aristocrática y el tercer militarismo (1895-1939). Tesis de maestría, 2002, 96 p.   

MONTES, Cesar Augusto Mariátegui traicionado. Los sepultureros del socialismo peruano. Tesis de licenciatura, 2001, 242 p. (Asesor Cristóbal Aljovín)

MORALES ERROCH, Ernesto. Inclusión y exclusión durante la formación de la república aristocrática: sistemas y procesos electorales. Tesis de maestría, 2005, 115 p. (Asesor Cristóbal Aljovín)

MORAN RAMOS, Daniel. Reformistas, fidelistas y contrarrevolucionarios. Prensa, poder y discurso político en Lima durante las Cortes de Cádiz (1810-1814). Tesis de licenciatura, 2008, 304 p. (Asesor Waldemar Espinoza Soriano)

MUÑOZ REYES, Maria Luisa. El proceso de independencia en Oruro: Guerra, movimientos sociales y ciudadanía. 1808-1826. Tesis de doctorado, 2007, 449 p. (Asesor Cristóbal Aljovín)

NOMBERTO BAZÁN, Víctor. Historia de canje de la deuda externa peruana 1970-2000. Tesis de doctorado, 2008, 269 p.

NUÑEZ DÍAZ, Francisco. Ciudadanía, participación y representación política bajo el régimen de la Constitución de Cádiz. Tesis de licenciatura, 2004, 212 p. (Asesor Cristóbal Aljovín)

OLÓRTEGUI VAQUERIZO, Ruly. El patrimonio cultural en el Perú: la conservación de las antigüedades: discurso, debate y propuestas 1900-1921. Tesis de licenciatura, 2004, 140 p.

PACHECO IBARRA, Juan José. Libertad de Imprenta y Prensa: Lima: 1884-1904. Tesis de licenciatura, 2006, 300 p. (Asesor Eduardo Vasquez Monge)

PADILLA MORENO, Roberto. México y su revolución en la revista Amauta 1926-1930. Tesis de maestría, 2008, 237 p.

PAUCAR MAXIMILIANO, Niger. Los incas en la colonia: mentalidad, modo de vida e interacción social. Huánuco 1574-1729. Tesis de licenciatura, 2003,

PERALTA, Jose Alberto. Economía y sociedad: la abolición de la esclavitud y la situación del afroperuano en Lima, 1854-1900. Tesis de maestría, 2007, 120 p.

PEREZ GARAY, Carlos Alberto. Liberalismo criollo: Ricardo Palma, ideología y política: 1848-1919. Tesis de licenciatura, 2010, 289 p. (Asesor Francisco Quiroz)

QUIROZ CHUECA, Francisco. Historia y nación: historiografía peruana desde Túpac Amaru a la Guerra del Pacífico. Tesis de doctorado, 2010, 460 p. (Asesor José Ignacio López Soria)

RAMÍREZ AGUILAR, Juan. El movimiento sacerdotal ONIS. La Iglesia en el Perú ante las demandas de justicia social. 1968-1975. Tesis de licenciatura, 2006, 136 p. (Asesor Carlos Carcelén)

RENGIFO, David. El poder y la función ideológica del teatro durante el leguiísmo: el reestreno de la opera Ollanta, Lima 1920. Tesis de licenciatura, 2005, 176 p.

REY DE CASTRO, Alejandro. Democracia y republicanismo: la modernidad política en los inicios de la nación peruana, 1821-1846. Tesis de doctorado, 2009, 291 p. (Asesor Antonio Zapata)

RODRÍGUEZ QUISPE, David. Buscando un lugar en el cielo: Juan Martínez Rengifo, la hacienda Santa María de Puquio y los Jesuitas 1560-1592. Tesis de maestría, 2003, 173 p. (Asesor Manuel Burga)

ROJAS ROJAS, Rolando. El carnaval limeño (1822-1922), ascenso de lo popular a la cultura nacional. Tesis de licenciatura, 2004, 151 p. (Asesor Alejandro Reyes)

ROJAS ROJAS, Rolando. La república imaginada: representaciones culturales y discursos políticos en la independencia peruana (Lima, 1821-1822). Tesis de maestría, 2006,

ROSARIO PACAHUALA, Emilio. Normas, decretos y leyes. El Congreso de la República de Lima durante la Guerra del Pacífico (1879-1881). Tesis de licenciatura, 2009, 114 p. (Asesor Cristóbal Aljovín)

SARAVIA SALAZAR, Javier. Los miserables y el protector. Evolución de la Protectoría de indios en el Virreinato peruano. Siglos XVI-XVIII. Tesis de licenciatura, 2012.

TACUNAN, Santiago. Historia del distrito de Comas, desde sus antecedentes prehispánicos hasta sus primeros años de fundación. Tesis de licenciatura, 1999, 330 p. (Asesor Pablo Macera)

TUTUY BRAVO, Niza. Comida y mestizaje en Lima Colonial: 1532-1600. Tesis de licenciatura, 2004, 176 p.

VALLADARES CHAMORRO, Odalis. Inmigrantes chinos en Lima. Teatro, identidad e inserción social. 1870-1930. Tesis de licenciatura, 2012, 207 p. (Asesora Carlota Casalino)

VASQUEZ MENDOZA, José. Mujeres en busca de libertad: exclaustración y nulidad de profesión en los monasterios limeños (1825-1835), Tesis de licenciatura, 2011, 140 p. (Asesor Manuel Burga)

VELASQUEZ SILVA, David. Mutaciones del concepto “Patria”. Perú, 1730-1866. Tesis de licenciatura, 2011, 177 p. (Asesor Cristóbal Aljovìn)

ZUBIETA, Filomeno. El periodismo en Huacho, 1980-1990. Tesis de doctorado, 2009, 236 p. (Asesor Antonio Zapata)

A su vez los egresados y profesionales en Historia hicieron estudios de maestría y doctorado fuera de San Marcos sustentado su tesis las cuáles algunas son las siguientes

Tesis de egresados de Historia en otras especialidades:

Mario Meza Bazan, (Maestría en antropología) Las practicas de justicia en el Perú según el orden, la seguridad y la autoridad (2006). UNMSM. (CC.SS)

Dino León Fernandez (Maestría en ciencias de la religión) Evangelización y control social en la doctrina de Canta, siglos XVI y XVII (2008). UNMSM. (CC.SS)

Juan Carlos La Serna (Maestría en Ciencias de la religión) Más allá de la parusía: el enfrentamiento al demonio en el bosque: religión, política y sociedad asháninka a través de la presencia misionera adventista en la selva central peruana (1920-1990) (2009). UNMSM. (CC.SS)

Ybeth Arias Cuba, (Maestría en estudios de género) Cuerpo y poder en los monasterios limeños durante la época borbónica: la Encarnación y la Concepción (1750-1821) (2009). UNMSM. (CC.SS)

Virgilio Freddy Cabanillas (Maestría en Arte Peruano y Latinoamericano) Los Arboles de la vida y de la muerte y la escala mística en la pintura virreinal (2010). UNMSM. (Letras y CCHH).

Emil Beraún Beraún (Maestría en Filosofía) La Relación epistemológica entre la historia y la filosofía: una propuesta de desarrollo de filosofía de la historia (2011). UNMSM. (CCSS).

Mario Meza Bazan. (Doctorado).  El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru y las fuentes de la revolución en América Latina. (2012). El Colegio de México.


[1] La lista de tesis no está completa, se agotaron los recursos de información en la Biblioteca, en cybertesis, en la dirección de Escuela y en los catálogos manuales. Pero la lentitud del ingreso de recientes tesis sustentadas hacen que el trabajo demore.
[2] Carlos Contreras, “Nuevas tendencias en la historiografía peruana. Las tesis de la Pontificia Universidad Católica del Perú. 1975-1982” en Histórica, Vol VII, N° 1, julio de 1983.
[3] Francisco Quiroz “La joven historiografía peruana” en Diálogos en la Historia, Lima, 1999.