jueves, 28 de abril de 2011

LA HERENCIA DE FUJIMORI EN LA UNIVERSIDAD

LA HERENCIA DE FUJIMORI EN LA UNIVERSIDAD



Por: Zenón Depaz T.


Mg. Filosofía -UNMSM



El domingo pasado, se emitió un reportaje televisivo donde estudiantes universitarios, consultados sobre cuestiones tan elementales como cuál fue el año en que se declaró la independencia del Perú; o qué significan, o al menos a qué se refieren, las siglas ONU, ONPE u ONG; se mostraban incapaces de responder. Lo mismo ocurrió al serles mostrado un retrato del Presidente Valentín Paniagua y pedirles que reconocieran el personaje, o ante la pregunta de qué ocurrió un 5 de abril del año 1992, no obstante que la reportera se afanaba en darles otras señales que los aproximaran a las respuestas. La ignorancia mostrada por esos estudiantes en cuanto al último de los temas mencionados, constituye toda una paradoja, pues fue precisamente lo ocurrido en esa fecha lo que ha hecho posible que ahora tengamos universitarios como aquellos, con un alarmante nivel de analfabetismo funcional.


Pudimos advertir de dónde provenían aquellos estudiantes, pues el reportaje se efectuó en la puerta de sus respectivas universidades: César Vallejo, San Ignacio de Loyola y San Martín de Porres. Todas ellas funcionan bajo el D. L. 882, creado por el régimen fujimorista el año 1996. Dicha norma abrió la posibilidad de que hubiese universidades con explícitos fines de lucro. En un país que carecía -y, en rigor, aún carece- de instituciones reguladoras que den garantía de estándares mínimos de calidad en la oferta de Educación Superior, ello condujo a lo que ahora caracteriza a la mayor parte de instituciones universitarias del tipo 882: condujo a la estafa educativa, cuyos costos ya está pagando el país y lo seguirá haciendo por largos años, aún cuando se tomen medidas para frenar y corregir aquello.


Gobernadas, efectivamente, por la búsqueda del lucro al más breve plazo, la mayor parte de universidades de ese tipo se hallan en una fase de acumulación salvaje de capital, haciendo destrozos con la calidad académica: ninguna exigencia académica para el acceso, tal como lo muestra ese reportaje; baja o ninguna exigencia en cuanto a evaluación del aprendizaje (no sea que los clientes migren a otra “universidad” del mismo tipo,.. total las hay por decenas); baja o ninguna exigencia en cuanto a la enseñanza (para eso están los programas denominados “a distancia”); comercialización de los grados y títulos, con mecanismos que el propio régimen fujimorista legalizó; etc. He ahí la herencia fujimorista en la universidad.


Fujimori estableció el bachillerato automático, sin exigencia de tesis. Ahora el grado de Bachiller no tiene ningún valor, salvo uno negativo, pues siendo condición para el acceso al postgrado, viene impactando negativamente en la calidad de este nivel académico, a lo cual se suman postgrados ofertados masivamente y en condiciones deleznables por universidades del tipo antes mencionado.


Mientras ese tipo de universidades eran promovidas, Fujimori intervenía militarmente las principales universidades públicas. Entretanto la inefable Keiko y sus hermanos, se iban del país a estudiar en universidades norteamericanas, con dinero mal habido. Estamos, pues, notificados en relación a cuánta importancia concede el fujimorismo a la Universidad Peruana, institución sin cuyo concurso difícilmente podemos hablar en serio del desarrollo nacional.


25 de abril, 2011



Publicado en el diario LA PRIMERA 26 / 04 /11.


lunes, 25 de abril de 2011

Columna: "Crítica Informal"



TORMENTA DEL DESIERTO. REVUELTAS EN EL MUNDO ÁRABE.

PARTE I: LAS CAUSAS DEL ESTALLIDO


Angel Adrian Sandoval Sánchez


24 de Abril de 2011

A mediados de diciembre del año pasado (precisamente el 17 de ese mes) un joven tunecino, Mohamed Bouazizi, desempleado y vendedor de frutas para subsistir, decide inmolarse quemándose vivo en las afueras de una calle de su ciudad, en medida de protesta ante el decomiso de su carretilla y por la falta de oportunidades en su país. Con este gesto, casi romántico, empezaría a escribirse las páginas más prodigiosas de la historia no sólo de su país, sino de todo el mundo árabe.

Rápidamente, el pueblo tunecino organizaría una gran revuelta casi sistemática en todo el país, donde en poco tiempo (menos de un mes) y con pocas pérdidas civiles logran derrocar el régimen de Ben Ali (con 24 años en el poder) el 14 de enero del 2011, cuando éste huye del país y se refugia en Arabia Saudí y se establece un gobierno provisional. Estos hechos servirían de ejemplo para el resto de naciones árabes, donde en breve tiempo estallan protestas en Egipto, Siria, Argelia, Libia, Yemen, y otras manifestaciones menores en países cercanos. Las revueltas tomarían carácter de revolución en Egipto contra Hosni Mubarak, y de una cruenta guerra civil en Libia entre los rebeldes y los fieles al partido de Muamar al Gadafi, mientras que en Siria las protestas se incrementan al igual que la represión del gobierno de Bashar al-Assad, sucesor de su padre desde el 2000. El mundo árabe se convulsiona ante el pedido de libertades y de una democracia participativa por un pueblo oprimido en dictaduras de larga duración. Ante una larga pasividad de los gobiernos de Occidente, fueron mostrando cierto rechazo ante las dictaduras árabes y han saludado tímidamente los nuevos aires de democracia que se vive en el norte de África. Con la cruda represión de Gadafi ante sus opositores, los occidentales reaccionaron algo más enérgicamente y se han movilizado tropas de la ONU y de la OTAN a Libia, en la llamada operación “Amanecer de la Odisea”, para proteger a los civiles de las ciudades sitiadas. Este intervencionismo se da en el momento en que los rebeldes totalmente solos iban a ser derrotados por los ejércitos mixtos (leales y mercenarios) de Gadafi.

Pero ¿Cuáles fueron los motivos para que el pueblo se levante después de tanto tiempo adormecido por sus dictaduras? ¿Qué hay de trasfondo en esta llamada “cuarta oleada democrática en medio siglo” [1]? ¿Por qué es la democracia la que enarbola estas revueltas? Y por último ¿Cuál es el futuro del mundo árabe post revolucionario? Trataré de responder las dos primeras preguntas en la presente nota.

Tomemos como caso a analizar las revoluciones en Túnez, Egipto y la guerra civil en Libia. Hay que entender primeramente que las protestas del 2011 no son las primeras que ocurren en cada país. Sobre todo después de la crisis económica del 2008, ha habido diversas manifestaciones pidiendo al gobierno mejores condiciones económicas y laborales. La que más destaca, como presagio de la revolución posterior, es la protesta ocurrida en abril del 2008 en Egipto, presidida por jóvenes universitarios, profesores y técnicos del país del Nilo (el llamado “movimiento juvenil del 06 de abril”).

Estos países del norte de África, en especial Egipto, en las décadas de los 70’s-80’s escapan de la “Trampa malthusiana” (“catástrofe” que se da en sociedades preindustriales donde el crecimiento aritmético de la producción alimentaria no satisface en perspectiva futura al crecimiento geométrico de la población, generando una situación de hambruna y pobreza extrema) cuando la tasa de natalidad es alta pero la bonanza del petróleo permite a los gobiernos abastecer de alimentos (importados, sobretodo el trigo) a su población. Ya a fines de los 80’s se empieza a controlar la población con ayuda del gobierno y de las instituciones religiosas islámicas, así como la tasa de fallecimientos de recién nacidos y de menores de 5 años decrece considerablemente. Esto genera una gran población joven que crece en buenas condiciones. Es ahí donde ocurre la “trampa en el escape de la trampa”: este gran bloque joven al crecer genera trastornos sociales y políticos, donde la “Revolución de los jóvenes” en Egipto es un ejemplo de éste fenómeno [2], y con algunas características más específicas ocurre en Libia y Túnez.

Mucho se ha dicho de las causas de las revueltas del mundo árabe, pero Andrey V. Korotayev y Julia V. Zinkina refutan cada ‘mito’ en su artículo "Revolución en Egipto: un estudio demográfico estructural"; aquí un breve resumen. Se dice que el estancamiento de la economía en el gobierno de Mubarak, agravada por la crisis del 2008, fue el detonante de la revuelta; pero la economía ha crecido considerablemente durante su mandato, en especial tras las reformas del 2004 y el buen manejo de la economía durante la crisis hace de Egipto uno de los países más sólidos del Tercer Mundo; es más, incluso el nuevo gobierno dice que respetará la política económica. Si bien la corrupción descubierta escandalosamente por los Wikileaks sobre el gobierno de Ben Ali en Túnez generó una indignación total en la población de dicho país, y si la corrupción también es alta en Egipto, no parece ser motivo suficiente, puesto que están en el promedio (según el ranking de Transparencia Internacional [3]) global, incluso más abajo del promedio regional; igualmente en el ranking de desigualdad económica (índice de Gini [4]). El desempleo se ha mantenido en menos del 10% de la población, la pobreza en 20% y la pobreza extrema en menos del 2%, si bien esta pobreza no es tan dramática como el de otros pueblos tercermundistas. Si bien la crisis del 2008 subió el precio de los alimentos, el gobierno de Mubarak hizo lo increíble al seguir estabilizando el precio del pan y otros productos básicos (que se venden a muy bajo precio los subsidiados por el estado), incluso ha crecido la población con sobrepeso en el país. Entonces ¿Qué pasó para que una política tan efectiva fuera derrocada tan dramáticamente? Si el mundo árabe había y estaba floreciendo económicamente a un ritmo constante, ¿Qué pasó?

Korotayev y Zinkina descubren la causa principal en medio de tantos datos estadísticos: en Egipto, de ese 10% desempleado y el 20% en pobreza, ¡más de la mitad eran jóvenes titulados! [5] Ahí se observa lo que ellos llaman “trampa en el escape de la trampa”: todo ese bloque juvenil nacido entre 1980-1985, herederos de la excelente política manejada por Mubarak, se encontraron en una situación donde sus expectativas no eran colmadas; titulados y universitarios, con acceso a Internet y globalizados en conocimientos, pronto se chocaron ante su realidad. Esto mismo se vivió en los países vecinos, que tienen una población muy joven (el promedio de la región oscila entre los 21.5 y 25 años [6]), y fue esta la que se sublevó por la falta de oportunidades y por un cambio en la política hacia una más tolerante a las libertades. Recordemos que el joven Mohamed Moazizi se inmoló por ésta causa, recordemos que era él un universitario graduado desempleado que vendía frutas para subsistir. ¿No es ésta la situación en que viven muchos países del Tercer Mundo? ¿Parte de éste contexto no se refleja en Latinoamérica?

Pero ésta no es la única causa que pudo haber originado las revueltas. Si tenemos en cuenta el sufrimiento de las familias afectadas por la elevación del precio de los alimentos, si sumamos el Estado de Emergencia por muchas décadas en dichas naciones y las constantes persecuciones a la oposición, si tenemos presente la difusión masiva del Internet y de la televisión por cable satelital que ayudaron a informar al pueblo sobre la situación real de su país (Al Jazeera se consagró como el canal de noticias árabes)[7], tal vez la semilla de la revolución no hubiera sido acogida, al menos no en esa magnitud. Un último factor vendría a ser el rápido éxito y con pocas bajas civiles de la revolución en Túnez, que animó a los pueblos árabes a tener fe en una también rápida y exitosa reforma de la situación imperante. Como siempre, los acontecimientos y procesos históricos son multicausales, y el trasfondo de la situación siempre está más allá de las simples causas particulares que se dicen en el momento.

He tratado de esbozar las principales causas que convergieron para que se desate la llamada revuelta en el mundo árabe. En la siguiente nota trataré de explicar la esencia y el carácter de ésta; y por último esbozaré las consecuencias que podrían traer, y están trayendo, en el mundo y nuestra sociedad. Estas tres notas formarán parte de un posterior artículo a publicar.



[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/30/internacional/1296387541.html

[2] Andrey V. Korotayev, Julia V. Zinkina. "Revolución en Egipto: un estudio demográfico estructural". En: Entelequia. Revista Interdisciplinar 13 (2011): 139-165. Ver: 157-158. http://cliodynamics.ru/download/Korotayev_Zinkina_Egyptian_Revolution_Entelequia.pdf

[3] Ibídem. Ver: 142-143

[4] Ibídem. Ver: 145-146

[5] Ibídem. Ver: 156-165

[6] Datos basados de las cifras de http://www.rtve.es/noticias/revueltas-arabes/

[7] Sobre el papel de la Internet, sobretodo del rol del Facebook, Twitter y del portal de Wikileaks, ver las siguientes columnas: Diego Beas. “La calle conecta con la Red”. http://www.elpais.com/articulo/internacional/calle/conecta/Red/elpepuint/20110209elpepuint_16/Tes; y Timothy Garton Ash. “La revolución tunecina, Twitter y Wikileaks”. http://www.elpais.com/articulo/opinion/revolucion/tunecina/Twitter/Wikileaks/elpepiopi/20110125elpepiopi_4/Tes


domingo, 24 de abril de 2011

Por la laguna de las sombras


EL SUJETO COMUNICACIONAL Y EL PERIODISMO



Luis Paliza Sanchez

El “sujeto comunicacional” –recuerdo escucharlo en alguna clase de Filosofía– es quién nos muestra una realidad a su conveniencia, es decir, es quién le da forma a nuestra realidad y nos impone esa “verdad” para que el mundo “observe”. Creo ver en el periodismo actual, y durante estas elecciones, que se esta mostrando una falsa realidad, los medios de comunicación masiva, específicamente la televisión, la radio y la internet, representan un “peligro” para casi toda la sociedad; por otra parte, es menester mantenernos cerca de estos mecanismo para estar “conectados” con el mundo. Son las fuentes que necesitamos en este Sistema globalizado, pero que nos hacen daño y ensucian nuestras mentes.

Son pocos los periódicos peruanos que tratan de ser objetivos en estas elecciones y satanizan al candidato que odian, incluso hay algunos que con su estilo vulgar, procaz, ordinario engendran psicosociales en las gentes. El engaño es el arma que utilizan estos diarios para sujetar a las personas de los ojos y mostrarles luz en otra opción. Claramente, sabemos los diarios que trabajan de esta manera, basta con sólo ver sus portadas. Lo grupos que manejan estos medios discriminan a todo aquel que se opone a su postura, el ejemplo más claro es la sucedido en el Canal N. Reconocemos su falta de transparencia y la falta de libertad de opinar y pensar. Por último, sabemos a quién apoya este grupo, sabemos a quién reconoce como aliado.

Me pregunto cuántos periodistas ya se han dado cuenta de esta persecución, que ocurrió de manera clara en la década del noventa, que se quiere imponer ahora. No queremos ser, otra vez, manipulados por esos medios del Estado que buscan sumergirnos en alguna ceguera, no debemos permitir que se imponga un gobierno que no respeta el derecho a pensar y opinar, que sólo busca engañarnos con afiches, bolsas con alimentos o utensilios de cocina. No llevemos a nuestro país al pasado, a la dictadura de un extranjero, a la mafia de un asesor, a la corrupción de muchos burócratas –que ahora buscan un curul o postulan a un cargo político–. Detengamos esta invasión naranja.

El sujeto comunicacional esta presente en estos diarios, en la televisión, en la radio y la internet, disparándonos con pseudopolítica, psicosociales, racismo y basura; pues, a pesar que son necesarios, son también peligrosos. Decía un filósofo argentino, que el día que nosotros despertemos y encontremos nuestra libertad, será cuando nos detengamos a “pensar” y apagar el medio que tenemos al frente, y poder caminar por nuestra decisión, sin depender de lo que escuchemos.

¿Somos libres?, aún creo que nos falta despertarnos del todo, seguimos en ese sueño que beneficia sólo a algunos y que abraza a otros. Busquemos una alternativa ante este sujeto comunicacional y el periodismo vulgar.

sábado, 23 de abril de 2011

EL DICIEMBRE DE ESE ENERO



OLLANTA, EL CANDIDATO DE LA HISTORIA




Luis R.

En la mañana del 11 de abril ya se conocían los resultados electorales que daba al mecanismo de la segunda vuelta, que nos rige desde la Constitución de 1979, la decisión de la presidencia, esto se definiría entre los candidatos Ollanta Humala Tasso y Keiko Fujimori, Ante ello una serie de diálogos entre los partidos políticos y concesiones estarán presentes en el camino electoral hasta el día final de la votación cuando se decida al próximo presidente del Perú; ¿Cuál sería la mejor opción?, ¿por quién votar?, ¿Cual es el papel desempañado por la prensa?, ¿Cuáles son las corriente de favor de uno u otro sentido?; basta con leer los diarios, ver los programas de televisión y revisar las redes sociales para darse cuenta los favoritismos y repugnancia que generan ambos presidenciables; recientemente el escritor peruano Nobel 2010 y ex candidato a la presidencia en 1990 mencionó que con todos los temores, disgustos y confianza votaría por Ollanta Humala, porque de ningún modo ni en cualquier situación se debe votar por Keiko Fujimori así tampoco se puede permitir que se reivindique la dictadura fujimorista, la mística con que se sostiene las bases “Fuerza 2011”.

Pero ante estos pronunciamientos de los medios de comunicación y de los líderes políticos de las otras agrupaciones cabe preguntarse  ¿donde está el papel crítico de la Historia, de los historiadores y del científico social?, ¿cuantas de las grandes personalidades de las ciencias sociales se han pronunciado sobre la segunda vuelta y la opción que debería ganar?, conocemos el apoyo incondicional de los sociólogos Nicolás Lynch, Sinesio López y Manuel Dammert a Gana Perú como propuesta política y los dos primeros lo apoyan en serias columnas en el diario La República, también estamos enterados del serio compromiso que han ejercido diversas personalidad intelectuales entre los más destacados, el historiador y ex rector de la UNMSM, Manuel Burga y la arqueóloga Ruth Shady entre otros. Pero cuántos de ellos se han puesto a reflexionar el “fenómeno electoral Ollanta Humala”, ¿cómo entender este fenómeno en el discurso histórico?, mucho más allá de analizar la simpatía del electorado al candidato de Gana Perú, mucho más allá de ello es necesario entender que Ollanta Humala, su candidatura, su simpatía y su posible victoria es parte de la historia de nuestro país y comprenderla desde sus raíces nos hace entrar a los oscuros diálogos sobre la democracia, el sistema, y el autoritarismo porque aunque suene un poco “proselitista” y ambicioso puedo decir que Ollanta Humala es el candidato no de las fuerzas de Izquierda, no de las clases medias y no de la población inconforme, en tal caso no solo de ellos; Ollanta Humala ante todo es el candidato de la historia.

En un país donde la democracia nunca se asentó sobre una base de igualdad social es bastante comprensible que la mayoría de peruanos hayan votado por un discurso anti-sistema, se elige un candidato que represente una figura, un líder que transformará la sociedad haciéndola más justa, no es gratuito que Ollanta haya levando como bandera la inclusión social. Como mencionaba Alberto Flores Galindo[1] cuando se interrogó sobre las bases sociales de la democracia en un estado donde no existía la vida pública, donde no existía tampoco ciudadano y el fin era orden o anarquía; y el orden iba de la mano de los militares, de los caudillos. La república será desde sus inicios una idea germinal, grandes esfuerzos de intelectuales trataran de dar voluntad a este nuevo sistema terminando con el lastre colonial, sin embargo la ausencia de una clase dirigente no culmino con un proyecto republicano. Muchos de los grandes comerciantes de la colonia salieron del Perú con la Independencia, siguiendo a los realistas volvieron a la península, dejando el país en manos de los militares que durante las primeras fases de nuestra historia gobernaron basándose en el carácter fuerte de la personalidad, los elementos claves de su éxito era popularidad y su mensaje nacionalista, pero los militares no fueron (ni son) la salvación; el mismo Agustín Gamarra enfrentó muchos intentos subversivos, Lima fue siempre el escenario de revueltas, conspiraciones, y en el siglo XIX la misma violencia estallaba en la Plaza de Armas, parte de nuestra historia registra el motín y posterior ajusticiamiento de  los Hermanos Gutiérrez, y el mismo Andrés Avelino Cáceres vio su gobierno detenerse por las montoneras de Nicolás de Piérola.

Pero la clara dicotomía entre orden/anarquía; militar/civil y autoritarismo/democracia va más allá de los análisis simples al mencionar que el militar es la representación, sí y solo sí, del autoritarismo mientras que los gobiernos civiles son la estabilidad y democracia. Entre 1895 y 1980 de los 28 gobernantes que tuvo el Perú, quince de ellos fueron civiles y trece militares; los civiles estuvieron en el poder durante 55 años mientras los militares 30; muchos gobernantes civiles entraron de manera de facto o por golpes de estado (caso Leguia en la deposición de José Pardo); por otro lado la obra de Leguia se torno autoritaria, clausuró periódicos, deportó a políticos opositores, atacó a dirigentes sindicales y estudiantiles, en suma estableció un régimen dictatorial. Paradojicamente muchos gobiernos militares han surgido en el nombre de la democracia como el caso de Velasco Alvarado que intentó por democratizar las bases sociales económicas del país enfocándose en el agro, también intentó establecer una educación nacional, entre otras medidas. Entonces podemos concluir como Alberto Flores Galindo que dictadura y democracia no necesariamente son sinónimos de militares y civiles[2].


A qué viene el caso esta rememoración histórica sobre nuestros pasados presidentes; bueno sirve para recordar que la postulante a la presidencia Keiko Fujimori tiene en sus bases al espíritu del fujimorismo y el voto por ella es el voto por reivindicar a su padre, es el voto asistencialista del gobierno de diez años. Alberto Fujimori como civil no se convirtió más que en el reflejo más moderno del autoritarismo con la compra de canales de televisión y de diarios para “adormecer a la población”, con la destrucción de los derechos humanos y las muertes inocentes de campesinos y estudiantes[3], por las intervenciones en las universidades públicas, por las desapariciones forzadas, por el cierre del Congreso, instaurando la Constitución Política de 1993 que aun nos sigue gobernando, su gobierno es la de un dictador. A su vez su gobierno representa la creación de toda una red de servicios de inteligencia y espionaje a opositores políticos, la existencia de fuerzas paramilitares como el Grupo Colina guiados por Santiago Martín Rivas para la lucha contrasubversiva, su gobierno también recuerda la masacre contra todos los derechos de guerra en la Embajada de Japón en 1997, por último esos diez años representa aquello que los militares decían: “Maten 60 personas y a lo mejor allí hay 3 senderistas… Y seguramente la policía dirán que los 60 eran senderistas[4].

Por otro lado Ollanta Humala se presentó ya en el 2006 como el comandante que se rebeló contra la mafia del gobierno Fujimontesinista en el cuartel de Locumba, se presenta ahora como el hombre que pueda acercar la riqueza a los pobres y dar una mejor distribución de la misma. Ollanta aparece ahora como una posible salvación al pueblo peruano, en el conjunto de las izquierdas que lo acompañan, de las clases medias que elevan su candidatura y de los intelectuales que están alrededor de él puede verse en su proyecto político puntos como la Inclusión social en relación a una educación de calidad, se encuentra el progreso social teniendo como principal promotor al Estado, un aparato que utilice sus recursos para ayudar a regularizar la informalidad creando mejores condiciones de saneamiento y trabajo; Ollanta propone acabar con la corrupción, propone también los cambios en el sistema que todos los peruanos demandan por el reparto desigual de la riqueza hecho durante el gobierno de Alan García y es por ello que nuestro próximo ex presidente podría calificarse como el mejor aliado del líder de Gana Perú[5]; propone el cambio con estabilidad y la democracia y libertad, palabras que en nuestro país no quedan como categorías de las ideas ilustradas de la Revolución Francesa de 1789 sino tienen eco de episodios de nuestra historia nacional que data desde la instauración misma del sistema republicano en nuestro país. Aquí un punto aparte.

Democracia y libertad son ideas muy mermadas en la historia de nuestro país basta con revisar algunos episodios de la misma; en una República donde habían grandes brechas sociales arrastradas desde la Colonia, en un país dividido entre campesinos y los pobladores de la Urbe los que podían elegir democráticamente al presidente eran los peruanos que sabían leer y escribir previa ley de 1896 que anulo a los analfabetos de las decisiones políticas, No es exaltante el caso que Alberto Flores Galindo menciona que en un país de 5 millones de habitantes y donde el 80% por ciento residía en el campo las elecciones eran un procedimiento minoritario, como si no se explica que Leguia en 1908 haya salido elegido con 133,732 votos y en 1915 José Pardo tuvo apenas 98 mil votantes[6]; luego para 1924 los votos se hicieron públicos con la indicación de la libreta militar con la clara intencionalidad de tomar represalias, para 1931 los votos se hicieron secretos pero ni mujeres ni analfabetos votaban, Esto recién fue adquirido en 1956 el voto femenino, 1978 los jóvenes mayores de 18 años y en 1980 el acto electoral fue dejado también a los analfabetos; en toda esta historia de exclusión de la historia política es imposible ver siquiera bases sociales democráticas que mantengan este sistema como una lucha entre partidos y proyectos solo se ven una lucha entre personalidades y caudillos. Nuestro brillante historiador sigue en su análisis, ve a las masas sociales no en búsqueda de un proyecto político de país sino a la dirigencia providencial, ve al individuo antes que los planes de gobierno y es allí donde se ha estancado el voto mayoritario; por ello no es extraño que arrastrando esta herencia colonial y republicana, esta tradición autoritaria de buscar lideres que nos saquen de una crisis social, no es extraño por ello afirmar que el líder Ollanta Humala que en cuyos planes de gobierno apunta a los más claros ejemplos de aplicación de una democracia en desmedro de la tradición dictatorial y autoritaria de los Fujimori, no es extraño por ello que el candidato por Gana Perú gane más allá por la simpatía por una cuestión de historia.


Por una cuestión de historia también Ollanta necesitara por lo menos en el discurso alejarse de las ideas “ultra izquierdas” o “izquierdas” para acercarse más al centro, inclusive más que en la campaña de la primera vuelta, tomar la táctica que el ex presidente Fernando Belaunde uso en las elecciones de 1963, para derrotar al entonces líder aprista Víctor Raúl Haya de la Torre, donde se acerco a las posiciones de centroizquierda[7]; no hay nada más visible ahora que una posible unión entre Perú Posible y Gana Perú para impedir que se elija Keiko Fujimori hija del ex dictador, el mismo hombre con quien Alejandro Toledo líder del PP lucho en el año 2000 en las elecciones fraudulentas de ese año.

Tal vez estemos cerca, solo digo tal vez, de la aparición concretizada del caudillo, del mesías a la que tanto hacia referencia Alberto Flores Galindo que apuntaba a una mentalidad colectiva que esperaba a un hombres providencial; porque no en una situación donde la riqueza es repartida de manera desigual porque no en esta situación ese hombre podría tener el nombre de Ollanta Humala.

Y esta diferenciación en el reparto de la riqueza es un lastre colonial sino desde el mismo asentamiento de la República, un naciente país que no tenía ciudadanos más que hombres diferenciados por el color de la piel, el ingreso económico, los antepasados y el lugar de nacimiento[8], esta sociedad alimento el discurso racista, el discurso de diferenciación ante la sociedad y posiblemente ante la ley, surgió la consideración de inferiores y superiores; en la Lima joven republicana este patrón de diferenciación se acentuó en el servicio domestico y en la dependencia exclusivamente del amo; lamentablemente para esos años y tal vez para nuestros tiempos decir sirviente y cholo era casi lo mismo[9], las miserias de estos hombres se veían revolcadas casi siempre en la figura de un hombre caudillo que los liberara.

La aparición de las clases populares, los ecos de una especie de conciencia campesina que se levantaba por sus derechos contra los gamonales y terratenientes y las huelgas obreras que exigía mejores condiciones y dignidad; pero en el siglo XXI estas organizaciones no han escuchado una respuesta estatal; las organizaciones han crecido se han democratizado aún más pero la oportunidad de sumarse a la vida política nacional se les es arrebatada por los que tienen el poder; es por ello que estas organizaciones, colectivos y partidos constituidos apoyan una candidatura que les prometa democratizar las mismas bases de la vida política porque sus instituciones no tienen ningún tipo de protagonismo ni en la escena oficial ni en la mediática están condenados a una subterránea resistencia o apoyar a un candidato presidencial que les asegure aquello que no tienen aún; es decir una verdadera democracia no una que solo este materializada en la concepción liberal de “votos” y “elecciones” como las empresas claramente identificadas de PPK; Decir una verdadera democracia significa la existencia de una verdadera igualdad social incluyendo la participación como factor necesario del régimen; entre las propuestas democráticas y concertadoras de Ollanta y el asistencialismo y solo asistencialismo que está marcado por un recuerdo dictatorial del gobierno del padre de la candidata Keiko Fujimori hay un gran abismo y una diferencia que de darse la daría la victoria a Ollanta Humala Tasso y si se diese al fin y al cabo no sería por obra de un milagro o de un suicidio nacional sería solo por el efecto del largo camino de una tradición de nuestra historia nacional.

[1] Alberto Flores Galindo, La tradición autoritaria. Violencia y democracia en el Perú, APRODEH-SUR, Lima, 1999.
[2] Alberto Flores Galindo. Ibídem. P. 30.
[3] Los más reconocidos son los estudiantes muertos de la Universidad La Cantuta y las ejecuciones en Barrios Altos.
[4] Entrevista al General Luis Cisneros en Que Hacer N° 20, Lima, 1983.
[5] Palabras de Nelson Manrique en diario La República, “Yo Estoy bien, tú estás bien” Lima, martes del 12 de abril del 2011, p. 13.
[6] Alberto Flores Galindo, La tradición…. P. 33.
[7] Antonio Zapata en diario La República, “La puerta del Horno” Lima, miércoles 03 de marzo del 2011, p. 13.
[8] Alberto Flores Galindo, La tradición… p. 40.
[9] Alberto Flores Galindo menciona que el eco del racismo tuvo efectos exitosos en el Perú porque antes de ideología funcionaba como práctica y en la vida cotidiana.

viernes, 22 de abril de 2011

Entre pensamientos y otras cosas



La propaganda electoral y la contaminación que nos dejó (y dejará).

Por Gonzalo Paroy Villafuerte

Contaminación visual es el cambio o desequilibrio en el paisaje, ya sea natural o artificial, que afecta las condiciones de vida y las funciones vitales de los seres vivientes.[1]

¿Existe alguna relación entre las propuestas de los que fueron candidatos y su publicidad? Es decir, ¿la gente vota por la propuesta o por la cantidad de publicidad con la que la bombardean? Bueno, no lo sé, pero lo que es cierto es que los postulantes sabidos de que nadie leerá una propaganda sin imágenes y que a todos aburre leer un plan de gobierno de 150 páginas, hacen lo imposible para “venderse”; y es que en el Perú, quien lo sabe hacer, tienes mucho más oportunidades. El problema es que pocos saben a lo están siendo sometidos. Cada vez que se coloca un nuevo panel publicitario o se pegan afiches en postes, se escriben en colegios o cualquier otro medio para darse a conocer, atentan contra la naturaleza y la misma vida ¿De qué manera?, mediante una silenciosa contaminación:

La contaminación visual se refiere al abuso de ciertos elementos “no arquitectónicos” que alteran la estética, la imagen del paisaje tanto rural como urbano, y que generan, a menudo, una sobre estimulación visual agresiva, invasiva y simultánea. […]

Todos estos elementos descriptos influyen negativamente sobre el hombre y el ambiente disminuyendo la calidad de vida. La contaminación visual no es tan sólo un problema de estética, puede afectar tanto a la salud psicofísica como al desenvolvimiento de la conducta humana y a la eficiencia laboral. En última instancia, tiene que ver con nuestra calidad de vida. Una de las definiciones de Contaminación visual” es: “Cualquier elemento que distorsione la observación del paisaje natural o urbano”. [2]

El contexto electoral, amerita una evaluación.

Por la necesidad intrínseca de venderse para que voten por él, los partidos y candidatos no reparan en las consecuencias. Quizás o sabrán, pero primero es el beneficio personal. Y ello lo demuestran las diversas noticias que salieron durante los meses de marzo y abril de quejas de los vecinos, de faltas contra la ley electoral (capítulo VIII sobre la propaganda), de incumplimientos a la ley orgánica. Fue tanto el abuso que diversos alcaldes municipales debieron actuar por su propia cuenta (incluyendo a la misma Susana Villarán, quien fue acusada de favoritismos por sacar ciertos paneles) y el JNE debió sancionar a determinadas agrupaciones políticas.

Revisando la ley orgánica de elecciones presente (Ley nº 26859)[3] y algunas resoluciones pasadas[4] podemos notar que en realidad la ley es muy permisiva y facilitadora de la publicidad ostentosa[5] y conveniente a los partidos que tienen el suficiente dinero para realizar tales gastos en publicidad, lo que debería ser igualitario para todas las agrupaciones si se piensa ser imparcial, además que –de hecho- nos alejaría más de esta contaminación. Es decir, deberían haber los mismos espacios públicos para todas los (as) candidatos (as), que al fina lde cuentas es lo que dice textualmente en dicha ley:

Artículo 185o.- Los municipios provinciales o distritales apoyan el mejor desarrollo de la propaganda electoral facilitando la disposición de paneles, convenientemente ubicados, con iguales espacios para todas las opciones participantes.

Este beneficio que solo se da a los candidatos con plata, dan la “libertad” de imprimir publicidad y difundirla por donde se pueda, lo que ha llevado a diversos municipios a hacer respetar algunas cuestiones que sí regula la ley orgánica. Los principales incumplimientos son: no colocar publicidad en las áreas verdes, en los cruces viales, en los puentes, en espacios privados no autorizados, en colegios o iglesias, en las cercanías de los centros de votación, etc. Pero, en el Perú, todo con tal de ser conocido y considerado:

En Lima, la alcaldesa manifestó el 18/02/2011 que los partidos tiene una semana para retirar los paneles áreas verdes y espacios públicos y privados no autorizados: “Les hemos oficiado para decirles que tienen que retirar la propaganda electoral que contamina visualmente la ciudad en zonas públicas y privadas, pues esto es profundamente dañino y va contra las normas.” […] “Ellos saben que tienen una semana para retirar todo eso (…). Hemos dicho que en la municipalidad tenemos que cumplir la ley y se va a imponer la autoridad en Lima.”[6]

En Trujillo, aunque tardíamente realizaron “un operativo de retiro de propaganda electoral, el mismo que se encuentra colocado en postes de alumbrado público, telefonía fija, áreas verdes y en lugares cercanos a locales de votación.”[7]

En Huamanga, “El Jurado Electoral Especial de Huamanga (JEEH), en sesión de Audiencia Pública sancionó y multó con 252 mil nuevos soles a la organización política Alianza Perú Posible, por persistir en infringir las normas de propaganda electoral, de la Ley Orgánica de Elecciones-Ley Nº26859, concordante con el artículo 217 del Código Nacional de Electricidad.”[8]

En Juliaca, “Santos Poma Machaca, presidente del JEE de San Román, que tiene bajo su jurisdicción a nueve provincias del norte del departamento, indicó que de acuerdo al informe que le alcanzaron los fiscalizadores electorales, se han presentado dos casos emblemáticos […]. En el primero estaría implicado el partido Perú Posible al haber realizado sus pintas en las fachada de la sede del Ministerio de Agricultura, mientras que una candidata del partido Solidaridad Nacional habría invadido postes de alumbrado público con afiches y otros afines. Asimismo, dio cuenta de un caso de vulneración al principio de neutralidad electoral en el que habría incurrido la municipalidad de Moho, donde se habría hecho uso de una obra pública vinculada como parte de la campaña de un candidato participante en los comicios venideros. Precisó que en el corto tiempo que tiene de instalada la oficina, recién están recabando la información sobre las áreas restringidas para colocar propaganda electoral, especialmente en zonas en las que degrada el ornato de la ciudad. Al respecto, Poma Machaca indicó que está solicitando a la municipalidad de San Román la ordenanza municipal que restringe la colocación de material proselitista en el centro histórico de la ciudad, mientras que gigantografías desarmonizan el ornato en la plaza de armas.”[9]

Pueden ser innumerables los casos, y en la web solo aparecen algunos. Pero los hay en todos lados, que con cámara en mano, se comprobaría rápidamente para denunciarlos:

Ayer, tras un operativo a cargo de servidores de la máxima instancia electoral, se verificó que la autoridad capitalina y varios burgomaestres distritales desacatan la ley vigente y siguen colocando sus paneles publicitarios sin que nadie les llame la atención. Un equipo especial de la Dirección Nacional de Fiscalización y Procesos Electorales del JNE realizó un recorrido por varios distritos de la capital y provincias del país y constató la presunta violación de la norma que limita la difusión publicitaria con fines proselitistas. Según el JNE, esta labor fiscalizadora se despliega en salvaguarda del principio de equidad que se debe garantizar con motivo de las elecciones regionales y municipales del próximo 3 de octubre y en prevención del uso de los dineros del Estado con fines proselitistas por parte de autoridades en ejercicio. Como indica la Ley Orgánica de Elecciones, una vez convocadas las elecciones, se prohíbe toda publicidad estatal, salvo en estados de verdadera urgencia. Y no creo que las obras de Castañeda lo sean. De hecho, les puede caer incluso una multa que va entre 30 a 100 UIT (una UIT es S/. 3,600.00).”[10]

A pocos días pasadas las elecciones generales, se respira ligeramente mejor por los retiros de publicidad por parte de algunos municipios distritales, y a algunos días de la segunda vuelta, debemos tener idea de lo que nos depara para la siguiente oleada propagandística. ¿Debemos los peruanos tolerar más contaminación? Debemos exigir a las municipalidades más control, debemos actuar contra la publicidad que atente contra el patrimonio y los espacios no autorizados como colegios, universidades, iglesias. ¿Es mucho pedir exigir más debate y menos caras sonrientes y dedos alzados cuando el Perú se desmorona y necesita un cambio real? Bueno, son 60 días, según ley para que desaparezcan las caras de los candidatos a congreso y demás que ya no tienen nada que ver en segunda vuelta. Esperemos regresar a ver las fachadas de nuestras ciudades respetadas.


[1] Leandro Gutiérrez, “Contaminación visual. ¡Que mal que se las ve!”, en

http://www.cesvi.com.ar/revistas/r79/contaminacionvisual.pdf

[2] María Melvia Couto, “Contaminación visual del paisaje. Carcelería publicitaria”, en rutashttp://www.monografias.com/trabajos-pdf2/contaminacion-visual-paisaje/contaminacion-visual-paisaje.pdf

[3] http://pdba.georgetown.edu/Electoral/Peru/leyelecciones.pdf

[4] La del 2005: http://aceproject.org/ero-en/regions/americas/PE/leyes-electorales/Ley%2026859%20Organica%20de%20Elecciones%20%282005%29.pdf/view; y las municipales del 2010: http://www.deperu.com/abc/articulo.php?con=158

[5] Artículo 185o.- Los municipios provinciales o distritales apoyan el mejor desarrollo de la propaganda electoral facilitando la disposición de paneles, convenientemente ubicados, con iguales espacios para todas las opciones participantes.

Artículo 186o.- Los partidos, agrupaciones independientes y alianzas, sin necesidad de permiso de autoridad política o municipal y sin pago de arbitrio alguno, pueden:

a) Exhibir letreros, carteles o anuncios luminosos, en las fachadas de las casas políticas, en la forma que estimen conveniente.

b) Instalar, en dichas casas políticas, altoparlantes, que pueden funcionar entre las ocho de la mañana y las ocho de la noche. A la autoridad respectiva corresponde regular la máxima intensidad con que puede funcionar dichos altoparlantes.

c) Instalar altoparlantes en vehículos especiales, que gozan de libre tránsito en todo el territorio nacional, dentro de la misma regulación establecida en el inciso anterior.

d) Efectuar la propaganda del partido o de los candidatos, por estaciones radiodifusoras, canales de televisión, cinemas, periódicos y revistas o mediante carteles ubicados en los sitios que para tal efecto determinen las autoridades municipales. Deben regir iguales condiciones para todos los partidos y candidatos.

e) Fijar, pegar o dibujar carteles o avisos en predios de dominio privado, siempre que el propietario conceda permiso escrito, el cual es registrado ante la autoridad policial correspondiente.

f) Fijar, pegar o dibujar tales carteles o avisos en predios de dominio público, previa autorización del órgano representativo de la entidad propietaria de dicho predio.

En el caso contemplado en el inciso f), la autorización concedida a un partido o candidato se entiende como concedida automáticamente a los demás.

[6]http://www.losandes.com.pe/Nacional/20110218/46544.html

[7]http://trujilloinforma.com/index.php?option=com_content&task=view&id=12717

[8]http://www.jornada.com.pe/index.php?option=com_content&view=article&id=924:nuevamente-sancionan-a-peru-posible&catid=45:electoral&Itemid=62

[9]http://juliaca-noticias.blogspot.com/2011/03/partidos-estarian-violando-ley.html

[10]http://www.desdeeltercerpiso.com/2010/03/la-propaganda-electoral-subliminal/